martes, 15 de marzo de 2011

Celebraciones


El condor
Posee una envergadura de 1,30 x 3,50 m en pleno vuelo



A la mayoría de las personas nos resulta tremendamente fatigante alterar las creencias radicales y las costumbres profundamente arraigadas y terriblemente condicionadas en que se desarrolla nuestra vida en sociedad, dejarse llevar por la obediencia a normas y modelos culturales nos asienta en ese conformismo en el que parece amansarse nuestra vida.

Si estamos dedicando un día especial a algo es que ese “algo” aún no está normalizado, de lo contrario, hemos convertido en cotidiano y usual únicamente el festejo. Aunque algunas celebraciones o conmemoraciones son recordatorios de sucesos de los que debemos aprender y no olvidar jamás, la mayoría de ellas las celebramos sin saber muy bien qué festejamos.

Las usuales por repetidas han pasado a ser obligaciones, como por ejemplo la onomástica, deprimente el ir contando los años que pasan y obligándote a calcular los que te van quedando, la navidad o las vacaciones de verano que solo consisten en despilfarrar a diestro y siniestro, el día del padre, de la madre o los aniversarios, estas resultarían más fructuosas si les honrásemos a diario, o el de la mujer trabajadora que me ha tocado la moral este año oyéndoles hablar, a lo sumo la hemos convertido en un ideal cutre de la pura y llana realidad.

Se toma algo que debería ser normal se le enfatiza y se le festeja. El día de la mujer trabajadora, a fin de cuentas la mujer ha trabajado desde que el mundo es mundo, como recordatorio a las víctimas en su lucha por conseguir ser reconocidas como seres humanos con todos los derechos, y en igualdad de condiciones al hombre trabajador, es una de las celebraciones que deberíamos cuidar de no aclamarlas solo con ese sentimiento de “seguir luchando” por un derecho al que ya se le ha dotado de legitimidad. Es un asunto tan normal como el de tener una vivienda digna.

En 1890 las mujeres ya constituían el 17% de la mano de obra asalariada norteamericana, un porcentaje integrado por solteras, viudas o abandonadas, que eran consideradas de rango social inferior.De esto, y sin darle más vueltas de las necesarias, deduzco que tienen bastante razón quienes afirman que fue la mujer trabajadora, la de toda la vida, quién creó la liberación de la mujer y no al contrario.

No es de recibo seguir analizando desde una perspectiva de género la presencia y la participación activa de las mujeres a lo largo de la historia, porque no ha dependido de ella que cambien las necesidades sociales sino de la sociedad en masa, ese cambio en las nuevas formas de habitabilidad de los cuerpos de la que habla Judith Butler, no es tan solo aplicable a la sociedad que no vive en un cuerpo femenino, sino a todos los sexos, a todos los colores y a todos los sentires y pensares. Una situación compleja sí, pero que solo hay que razonarla.

El estallido feminista de finales de los sesenta constituyó una toma de conciencia colectiva de lo que estaba ocurriendo en el entorno, el sueldo de un hombre no llegaba para sustentar una familia, las duras inflaciones, las crisis empresariales, revoluciones y cambios de producción, atacaron con crueldad –como tienen por costumbre- a las bases del sostén de toda sociedad: la alimentación, la protección de su miembros, el refugio y la transmisión de conocimientos, (lo que hoy llamamos pilares básicos del estado de bienestar).
Estos hechos marcaron el comienzo de los profundos cambios familiares y sociales que hoy día siguen imparables, y el imperativo marital y procreador dejaba de tener sentido por algo tan simple como una relación entre costo-beneficio familiar y social.

Las familias rurales progresaban más cuántos más hijos llegasen, en tanto crecían en número crecían en riqueza, pues desde pequeños contribuían a la producción y autosuficiencia familiar generando así el beneficio que amortizaba su crianza.
Las familias urbanitas con muchos hijos se hundían, el costo por hijo aumenta con los años ya que los beneficios son a largo plazo y no siempre recuperables, al fin representan un déficit que dura toda la vida.

No se trata de que los hombres sean terriblemente comprensivos con la situación de la mujer, ni de que las mujeres se hayan revelado con la furia de la razón contra sus opresores, solo es una cuestión de acomodo a una sociedad que evoluciona hacia un nuevo imperativo, la necesidad de adaptarse a un medio de subsistencia que cambia cada día, y la búsqueda de la conciliación con la manera en que sus integrantes deben organizarse para adaptarse a unos tiempos de evolución distintos.

Aprendamos a celebrar lo conmemorable y no tomemos lo que ha de ser normalidad por privilegios festejables. Sobre todo las mujeres.


lunes, 21 de febrero de 2011

Alea iacta est (La suerte está echada)



Habrá que preguntar al Nilo, siempre entendió todos los idiomas

Hoy y en el fondo de la cuestión de esta nueva revolución mediterránea, la gente de estos pueblos ya no son lo que fueron una vez. Ya no quieren serlo. La paciencia de los conceptos que siempre les han hecho repetir se ha terminado. Se han alejado tanto de su inmovilizada cultura que ya saben hasta en qué dirección desean evolucionar, y ni siquiera lo hemos advertido quienes en nuestra historia contamos con pasados revolucionarios.

Las culturas de este planeta elaboran sus innumerables y contradictorios discursos filosóficos, en función a la repetición de factores con los que se remeda el planeta en una irrompible, aparentemente, cadena de causa-consecuencia, en los que reflejamos nuestros pensamientos deterministas y que no han impedido que el mundo sea como debía ser.

De vez en cuando, la célula compleja de esta sociedad, entiéndase la persona en la que el pensamiento hunde sus raíces en el cuerpo que la define, hace del yo un ente valioso, proclama la unidad material del ser sin términos jerárquicos entre mente y cuerpo, y por tanto ni sumisión ni servidumbre ante nada y ante nadie. Cuando esto sucede salta a la palestra un hápax existencial, se enhebra otro eslabón a esa cadena que resbala inexorable hacia el abismo, llevando a consecuencias sorprendentes aquellas causas repetitivos de las que se vale.

Ahora que ya es notoriamente público -y el concepto está adaptado al entendimiento del sentir general- que los países libres y democráticos mantenemos nuestro estatus gracias a que crueles regímenes despóticos apoyan nuestros grandes intereses económicos, en otras palabras, que nos mantenemos en virtud a la opresión, desigualdad y pobreza de otras personas, estamos preparados para enfrentarnos al espejo, y mirarnos detenidamente, la mayoría con los ojos como platos y los que lo barruntábamos soportando la vergüenza de seguir a la manada imperialista.

Y digo nuestros y nos, porque si nuestro país no tuviera participación in situ, que lo dudo, apoya abiertamente que la haya a costa de intereses con terceros.

Aunque teniendo en cuenta algunos modelos democráticos tampoco es para dramatizar en demasía por esa pérdida de poderes. Sin embargo aprender a oprimir engañando mientras el otro come es menos vergonzoso que, además de vapulearle y despreciarle, se le mate de hambre.

Una alegría extraordinaria para este nuevo siglo, las religiones, las mafias, los fanáticos, los racistas y los violentos, tardarán un poco más en desmembrar nuestra existencia.





Fotografía de: http://solomicrocuentos.blogspot.com/2010/05/el-faraon-dyoser-y-la-crecida-del-nilo.html

domingo, 6 de febrero de 2011

Blogs con estilo



La genialidad y la belleza no tienen por qué respetar cánones


El día que decidí empezar este blog no tenía muy claro qué estaba haciendo. Quería expresar las cosas de las que normalmente no hablo con las personas que comparto momentos a lo largo del día. Así que rescaté unas pocas horas y las dediqué a dar rienda suelta a esa energía para la que no encontraba salida, esa que hace surgir pensamientos e ideas mientras lees, escribes, escuchas música y que acabas garabateando en cualquier pedazo de papel.

A lo largo de este par de años no he llegado a preguntarme si iba a interesar o no lo que escribía. Necesitaba escribirlo y punto. Hay quienes piensan que hacer algo solo por el hecho de disfrutar en el proceso sin recibir el reconocimiento o el aliento de otros no merece la pena. No soy del mismo parecer así que sin remilgos empecé, y sigo.
Dicho esto tendría que explicar qué diablos hace aquí el socorrido cuenta visitas.
Empezaron a llegar visitantes a la página que no dejaban huella, y quise saber quiénes eran y de dónde venían. La verdad es que me quedo con la miel en la boca, lo más que llego a saber es por dónde han llegado y de dónde. La inmensa mayoría atraviesan los valles esteparios del google en busca de algo que les relaciona con alguna de las palabras que hay en mis apuntes, e incluso muchas veces, son las propias fotos las que les traen. Hay quién piensa (estos, los mismos de antes) que es denigrante, sin embargo a mi me parece alucinante.

A través de sus/mis comentarios he logrado amigas y amigos encantadores, unos conocidos y otros no, unos lejos y otros más cerca, y compruebo, no sin asombro, que esto me satisface tanto o más que las horas que ocupo escuchando música, buscando o haciendo (las menos) fotos, y escribiendo sin parar hasta que consigo decir lo que quiero.

Hace unos días al blog de mi amigo Joshua le premiaban identificándolo como un “blog con estilo” y él a su vez nos premiaba a unos cuantos.
Donde ahora leéis, a vuestra izquierda está el listado de algunos de mis blogs amigos, francamente, con mucho estilo.
Aprovecho esta tarde para añadir unos pocos de los que visito y que por no quitarle tiempo a su lectura no he incluido todavía, una descortesía por mi parte, pero la verdad, prefiero pasar la tarde leyéndoles que ordenándome los estantes, en fin…
Y es que me sorprenden a diario. Puede que haya a quienes les parezcan serios o significativos por lo que dicen o cómo lo expresan, otros están fuera de cualquier modelo estándar y pueden ser molestos para mentes rígidas, otros ingeniosos inteligentes y socarrones, hay alguno que otro que podría ser considerado hedonista (que la verdad sea dicha, es a lo más juicioso que se puede dedicar una vida).

Estilos tan diferentes como la noche del día y que me gustan, ellas/os como personas, o ellas/os por lo que dicen, o ellas/os por ser simplemente. Personas incomparables que escriben con ideas opuestas, provocando en mis lecturas un desafío de contenidos que mantienen viva mi inspiración. Pudiera decirse que mi criterio a la hora de elegirlas no pertenece a una lógica social, pero la mía es de mujer, tierra, naturaleza, caos. Estoy en el encuadre perfecto para mi dicha.

El criterio está definido como “norma para conocer la verdad” o como un “juicio o discernimiento” sobre algo. Mi criterio aquí es el de no tener criterio, (las normas me ponen de mal humor aunque las sigo como todo el mundo, pero ¡leches! a la hora de la variedad ¡variemos!). Así que cuando llego a un blog en el que lo que cuenta o quién lo cuenta acapara mi atención, me tomo el tiempo necesario para comprenderlo, entenderlo y comentarlo.

Y el estilo. El estilo como manera peculiar de escribir o de hablar de una persona es tan particular como lo es su forma de decir en un blog. Colores, tipos de letra, fotografías o cuadros, música o silencio, y contenidos que suelen aparecer como predilectos identifican los cambios, el humor, la vida, los sueños de muchos de nosotros.

Quiero reseñar, además, que nadie tiene por qué estar de acuerdo en sus juicios sobre el mundo ni conmigo ni con otros, ni tratar de hacer válida solo una opinión, pero sí que es beneficioso estar abiertos a toda posible visión diferente y saber, al menos, que existen otras maneras. Esto viene por los miles de increíbles filósofos que los criterios cerrados y los estilos impuestos, dejaron fuera del conocimiento de muchos de nuestros antepasados y dolorosamente, de los más de nuestros contemporáneos, con la consecuente pérdida de buenos criterios y “estilazos” que tendríamos en este insultante mundo capitalista y elitista que llevamos entre manos.

Por lo que es muy probable que si alguien pasa por aquí y llega a interesarle el contenido de mis apuntes, no logrará encontrar continuación en ninguno de los blogs amigos. Eso sí, será más divertido e instructivo que 230 hojas del mismo tema. Para eso ya están los libros.

lunes, 17 de enero de 2011

El corazón de la jornada



Desnudo de mujer - Joaquin Sorolla



El día se ocupa de echar por tierra toda esperanza, teniendo en cuenta que pagas tu estancia en este lugar con la propia vida, considérate bienaventurada si en lo que te cuentan hay algo que te sirva para arrancarle a la jornada el corazón, porque mañana volverá a ser lo mismo, salvo que contarás con una jornada menos.

Últimamente oigo repetir mucho que estamos perdiendo la comunicación entre los cercanos en pos de la relación entre los que están fuera de nuestro alcance. No lo creo. No siempre los que están cerca son capaces de entender cómo se ve el mundo desde tu cabeza. El cuerpo manda en la visión que se hacen de ti, en lo que eres o no capaz de hacer, para lo que vales y para lo que no. El cuerpo es social, la mente puede ser lo que quiera.

Salgo y veo. Un cielo amplio, brillante y azul, que refulge contra las paredes de las calles evaporando los colores en sinuosos vahos invisibles. Esto es hoy. Entra por mis ojos avaro y reflexivo, me obliga a respirar profundo y por un resquicio intento traducirlo a un idioma que pueda entender. Necesito interpretar esta lobreguez que, pesada, inútil y molesta, me hace sentir lo que veo y ver lo que siento. Y cavilo. Pero los hechos se conforman sin orden, no puedo hacer nada porque sé que si los organizo seré su rehén sin que nadie sepa que ha de rescatarme.

Una brisa de mar que canta perdida entre los edificios me distrae, donde quiera que estés me gustaría que supieras que no eché al fuego ni uno solo de los besos que me diste aunque sufriera de frio, ni abandoné tu recuerdo al borde del camino, por más que a los sueños el olvido mece…

No es eso, no. Tranquila vuelvo en mi y despacio repaso el día, he conseguido poner una clave a ese resquicio para pensar, con la que además dejo claro que, aunque ausente, vivo y soy útil, y solo entonces puedo ser radical para coger las cosas de raíz, cosas que hacen del día lo que es, ese lugar donde mi alma lustrosa y palpitante se posa como un cisne, donde me deja explorar en este lánguido ondear del agua que me rodea qué son, ¿la providencia? una excusa ¿el libre albedrío? no existe.
Ni responsabilidad ni culpabilidad tienen cabida en mi por el solo hecho de ser, eso, es así. Pero no soy solo alma ¿dónde está mi cuerpo? Aquí, descansa. Hacer sí da protagonismo a la responsabilidad y culpabilidad, mi cuerpo hace, y solo mi alma que es en él, le puede hacer sano y feliz. El placer y el dolor conducen el mundo pues alma y cuerpo se subordinan a ellos.

Y el mundo único, exclusivo, puro, se mueve inexorable y solo somos conscientes de una ínfima parte de ese movimiento. En el hervidero que supone su continuo trasegar nuestra capacidad de información es de corto alcance, y solo cuando ya ha ocurrido todo, cuando la transformación ha sucedido y podemos unir las visiones, recapitular los hechos, escribir historia, entendemos qué ha pasado y por qué. Y mientras lo hacemos seguimos forjando historia, continuamos conformando los capítulos que crearan la memoria de lo acaecido con cada pequeña, insignificante y valiosa consciencia de la que ahora nos valemos.

Todo el alcance que puede llegar a tener dependerá de quién cuente la historia. Y toda la eficacia que pueda llegar a producir será consecuencia de cómo sea interpretada.


viernes, 31 de diciembre de 2010

Al filo del fin de año



Estoy sentada delante de un libro genial, escuchando música muy dulce y suave, lejana, cómoda y caliente.
Algo en mi mente me ha hecho apartar la atención a lo que leía y he notado un deseo irresistible de escribir por última vez en este año 2010. Aún quedan unas horas.
Estoy rompiendo con todos los estereotipos, por fin, de lo que ha sido establecido como unas navidades dichosas.
He conseguido confeccionarme las mías a mi medida, silencio, introspección, coherencia, descanso, y sobre todo, moderación y sobriedad.

Desde este estado en el que el extraño poder de mi pensamiento me ha creado, observo.Y he observado a los demás durante estos últimos días… a los tristes, los excitados, los cansados, los emocionados, los desengañados, los iluminados… No faltamos ninguno, todos estamos en esta inmensa fiesta disfrazados. Cada uno utiliza su poder de pensamiento para alcanzar lo que quiere y para conseguir cómo lo quiere, y hasta algunos se sienten realmente dichosos. Mi disfraz ha sido el de mentir hasta que me han dejado sola, y al fin, sonriente y feliz.

Un cava bien frío y una cena frugal que no por ello menos exquisita, consienten en una configuración sensible de “conceptos” como en una bella obra de arte de este año que termina, sobresaliendo entre todos esa gran crisis que nos atormenta empobreciendo el sistema. Porque los “conceptos” importan más que sus “códigos”, aunque estos parezcan solucionar el vivir diario en tanto acumulan el poder en unos pocos, y no nos dejan ver que el verdadero índice indicador de cualquier crisis no son las ganancias bancarias o los recortes presupuestarios sociales, códigos al fin y al cabo de un sistema que administra sin una meta clara, sino conceptos tan axiomáticos como “la proporción de muertes infantiles en países subdesarrollados y la cantidad de guerras en auge”. Y estos indicadores hace años que se mueven en un camino sin retorno.

Compruebo mientras llueve y vacio mi copa, que puedo gobernarme a mí misma, aunque la sociedad intente limitarme, y una pregunta surge ¿Qué hace que algunos escojan la oscuridad mientras otros procuran la luz?

Los fuegos artificiales saltan por doquier fuera del gran ventanal, se acabó 2010. Ya estamos en 2011.

¡Aleluya!


miércoles, 8 de diciembre de 2010

El propio sentido


"... los seres humanos y las orquídeas -ambos impresionantes picos evolutivos de la naturaleza... "


Ella es una fantasía para muchos. Puede ser dulce como el almíbar y puede ser cruel como un buitre. Sobre todo ante los ojos cándidos de quién cree que el mundo no es una sucesión de hechos elegidos sin azar por la cambiante energía, de la que se nutre y se transforma. Porque no nos engañemos esto es el mundo que nos rodea, una sinuosa espiral de la que no conocemos fin en este universo. Sin aspiraciones, sin metas, donde se hace necesario el propio sentido.

Ella se mueve como si tuviera el poder de que el aire, el agua y el sol la obedecieran. Razona, utiliza la lógica más aplastante, su mente no para jamás, obtiene casi todas las respuestas, y cuando el descontrol del caos asoma a su estructurada mente se asusta. Y busca respuestas para recuperarlo.Su única verdad, su única meta es amar, estar enamorada continuamente, no importa cuántas veces la maltraten o la desprecien. Amarles, a ellos, a esos que la juzgan, la usan, la enloquecen. Darles cuanto es.

A veces no la comprendo y otras la entiendo tan bien que dudo. No comparto ese amor que le da sentido y la lleva a ser despiadada consigo misma. Me mira directamente a los ojos en silencio mientras le hablo. Dice que me entiende, pero que no es más que una mujer que quiere querer, y su razón es ser como es, no importa si las tres cuartas partes de su tiempo sufre como una condenada si en un solo momento ha conseguido perder el sentido con él. Me desconcierta.

Le hablo de apartarse de la vorágine de todo sentimiento que la domine y le produzca displacer. El placer que trae dolor no es tal placer. Siempre obtengo la misma respuesta “no quiero esa felicidad de la que disfrutas tú”.
Se va y cuando vuelve guardo silencio y espero, suelta una retahíla de los por qué, de los contra por qué, de las conclusiones a cada paso, a cada palabra que el otro ha dado. De razonamientos que solo encontrarías uniendo palabras de un diccionario gigante, en el que al posar la mano con esa energía que emana de tanto brío, pasara las páginas hasta dónde se iluminará la siguiente palabra que expresaría exactamente aquello que está sintiendo.
Cedo. Y no digo nada. Solo escucho. Ella morirá amando.

Hoy me ha preguntado,
- ¿Qué hago yo ahora?
- Nada –le digo- No hagas nada. Solo deja que ocurra lo que tenga que ocurrir.
- ¿Y cómo se hace eso?
- Sonriendo.
Solo ha durado un minuto, ha vuelto a unir, endiabladamente ágil, otro nuevo punto de vista a la última versión en que derivaba la discusión que tuvo con él. Paciente la escucho.
- Tenemos 24º -digo sonriendo en un momento que ha parado para coger aire- tras la intensidad del frío de los últimos días el sol brilla espléndido, y mi él tampoco me llama, sencilla y llanamente tengo claro que es porque no me necesita.

No sé si ha sido la temperatura, o mi tono, o que no ha encontrado aire suficiente, pero no ha dicho nada. Supongo que por eso somos tan buenas amigas a pesar de ser tan diferentes nuestros propios sentidos. Ella necesita amar a alguien para tenerlo, a mi con amar la vida me basta.
El propio sentido es una necesidad humana tan antigua como nuestra especie. Hasta en condiciones infrahumanas, dice Viktor Frankl, podemos encontrar una razón para vivir, esa que resulta conveniente y orientadora en cada momento de la vida.


foto: http://www.orquideas.in/viveros-de-orquideas/

lunes, 22 de noviembre de 2010

Contrafactual






Hoy es un día alternativo.

Me resulta salerosa esta palabra que está tan de moda. La usamos como modo de hacer una elección entre las distintas opciones que dispones para conseguir lo que necesitas.

Ya se le dio un significado propio en la tauromaquia, la alternativa significa que te conviertes en matador, de toros. Pero se empezó a aplicar en la calle con un sentido más específico allá por los años 60 con la música electrónica de Delia Derbyshire, escultora sonora, y Ron Graine que la pusieron de moda en la serie británica Doctor Who, dándole una nueva estética a la música…

Y de ahí a la historia, la electrónica, la alimentación, la energía, el manga, la medicina, estos últimos más conocidos por andar de boca en boca ya con vida propia. Me ha llamado poderosamente la atención lo de la “historia alternativa”.

Hasta ahora concebía que la historia alternativa era contar los hechos con distinto punto de vista al que oficialmente estaba instituido, sin ocultar las verdaderas razones que se usaron para llegar a los resultados relatados o enfocándolos desde la vida diaria de la población y no desde la de los asuntos privados de economías y poderes.

E incluso con visiones diferentes de los hechos, invadir un país puede ser tomado como una forma de aportar ayuda y bienestar, o, un genocidio y un ataque.

Esto me ha metido de lleno en otro término no menos curioso, la de la historia”contrafactual”. Consiste en un análisis académico y riguroso sobre un suceso histórico que de haber ocurrido de forma diferente a como ocurrió, cambiaría totalmente la situación del presente.

Esta manera de analizar la historia cuenta con un método estudiado, en el que primero se ha de tener un “punto de divergencia o condición contrafactual”, por ejemplo ¿Qué hubiera pasado si Alejandro Magno hubiera emprendido su conquista hacia el oeste en vez de hacia el este? ¿Se habría iniciado una guerra con el imperio romano? Se preguntaba Tito Libio hace dos mil años en un ejercicio para alcanzar todas las alternativas que en un momento histórico se pueden considerar posibles.

Los siguientes puntos necesarios para realizar este análisis consisten en la unicidad del punto de divergencia, el sentido histórico y la plausibilidad.

Ha habido más preguntas de este tipo y más análisis de posibilidades en intentos para comprender mejor por qué ocurrió como ocurrió, revelándonos que la historia no se nutre por “leyes filosóficas, materialistas o espirituales, sino que es el escenario de un enfrentamiento entre la libertad, la fortuna y la imaginación”.

Charles Renouvier, publicó en 1876 su obra ”Ucronía: Esbozo histórico apócrifo del desarrollo de la civilización europea tal como no ha sido, tal como habría podido ser”.

Algo así como una ucronía, rama de la ciencia ficción, que a partir del punto Jumbar se desarrolla de modo tan diferente al que tuvo en una línea temporal ya acaecida pero, usando el estudio de la realidad del entorno de la época y ajustando los sucesos a la posibilidad real de que ocurrieran.

Esto nos revela que ese determinismo histórico del que hacemos gala proviene de actuaciones irreflexivas, llenas de actos frustrados del pasado, de contingencias indeterminadas, de una entre muchas alternativas, y que, ese pasado que fue, pudo ser tan enloquecido como cualquiera de los imaginados.

Hay pensadores tanto en contra como a favor de esta disciplina. Sin embargo, leídos los razonamientos de los que están a favor de este ejercicio realmente ingenioso, y que llevado con rigor, utilizando todos los datos que en la actualidad están a nuestro alcance, arqueológicos, documentales, médicos, nos llevan a unos resultados increíbles. Una forma de comprender qué ocurrió dadas las posibilidades y por qué hemos llegado donde estamos, sin ignorar que pudo haber otras alternativas.

No es una reinterpretación de la historia sino una nueva historia que no fue, y que deriva en un presente con cambios espectaculares respecto del nuestro, con actuaciones que divergen cada vez más a partir del hecho alterado.

Todos estos datos e ideas las he sacado de los sitios que he consultado, y dan para pensar un rato, claro que para eso tendríamos que disponer de tiempo y de un cerebro ejercitado.





Foto: http://www.wallpapergate.com