lunes, 21 de enero de 2013

2 0 1 2, Un año de mi vida


Tras una tormenta de nieve en Cambridge
Reuters/AFP

2012 ha sido tan deplorable que no me he despedido de él como acostumbro.
Para ser sincera ha sido un año nefasto. No toda la culpa fue suya, los anteriores tuvieron mucho que ver en su desastrosa existencia.

En futuros libros de historia, de economía y de política española (que no dependan de gobiernos autoritarios) tendrá una extensa y larga exposición de oscura trayectoria, será recordado por los nombres de empresarios, políticos, economistas e intelectuales que creyeron en el dinero fácil y utilizaron su prepotencia en sus quehaceres sociales. Y por la gente que lo vivimos, alzándonos de hombros frente al destrozo de cada conquista social que nuestros mayores consiguieron con sudor y sangre.
Aún más preocupante es que no parece haber visos de cambio en este joven 2013.

América sigue a lo suyo autorizando la creación de salmones modificados genéticamente, hembras estériles que crecen el doble de rápido y durante todo el año. Los productores capitalistas alegan como imposible que se escape alguna del tanque dónde las aíslan, y que no hay riesgo a que se reproduzcan con un salmón salvaje causando la desaparición de los naturales.
Pensando un poco más y sin mucha imaginación, si ocurre, -se puede presuponer que llegará a haber calidades en el alimento, quién más pague obtendrá animales más sanos y ricos en nutrientes, tal como pasa hoy en día con los salvajes salvo si puedes pescártelos tú mismo-, como decía, si ocurre, el poder de darles vida o no, quedaría en manos de quienes tuvieran la patente del alimento, y esto conllevaría al mismo tiempo el poder del hambre de los pueblos.
Y una vez en marcha, el resto de alimentos correrían la misma suerte ¿Y qué no haría por un plato de lentejas?

Europa anda un tanto despistada, con eso de poner sus barbas a remojo viendo a los vecinos rasurados, se le está desviando la diana del objetivo. Objetivo que desde mi baja atalaya (léase entendimiento) tampoco vislumbro cuál pudiera ser. En el peldaño de los miserables las palabras se convierten en palabrería, pero si no las utilizamos, lo hosco y hostil acaba convirtiéndose en esa base que invita a pisotearla para conseguir allanarla.

Siguiendo con mis lecturas de Punset, en “El viaje a la Felicidad”, dice que las emociones cabalgan de inmediato sobre una percepción, y que “… la ignorancia constituye un activo necesario en el caso de los que sólo analizan un problema desde su propia óptica”.

Teniendo en cuenta que la memoria funciona relacionándose con el significado y no con la información, y que actuamos las más de las veces emocionalmente utilizando nuestros órganos más básicos (cerebro reptiliano) sin acudir a la lógica y el razonamiento, es posible que la visión que nos quede de este deprimente año no sea realista del todo.
Parece que también tenemos tendencia a olvidar lo más malo de nuestra vida en la búsqueda de la Felicidad (bendita tendencia), sería más que conveniente echarle un vistazo de vez en cuando a lo que se dijo y escribió durante la caída del ajusticiado Estado de Bienestar.

Para no caer en extremismos, deberíamos darle a esta social caída en picado la posibilidad de comienzo que tienen todos los finales. Se ha echado abajo lo bueno pero también lo malo.
Eso sí, mi cerebro reptiliano sigue emocionalmente activo y ya que me voy a comer lo que me impongan, necesito saber si los tipos que me lo venden también están o no modificados genéticamente o meméticamente, porque tanta animosidad por mejorar lo bueno, aumentar la producción, ganar cantidades indecentes de dinero mientras mueren cada día más y más personas de hambre en todo el mundo no parece que corresponda a una selección natural sino a una social, por no decir mental. Más que nada para que mi razonamiento pueda perder el miedo al cambio, aunque no del todo, ese miedo ha protegido nuestra humana existencia. No es cuestión de alejar la Felicidad más todavía.

Así que aquí queda mi palabrería sirviendo de despedida a un negro 2012 y de bienvenida a un no menos negro 2013.


Fotografía de: http://blogs.cnnmexico.com/en-primer-plano/tag/nieve/