lunes, 22 de noviembre de 2010

Contrafactual






Hoy es un día alternativo.

Me resulta salerosa esta palabra que está tan de moda. La usamos como modo de hacer una elección entre las distintas opciones que dispones para conseguir lo que necesitas.

Ya se le dio un significado propio en la tauromaquia, la alternativa significa que te conviertes en matador, de toros. Pero se empezó a aplicar en la calle con un sentido más específico allá por los años 60 con la música electrónica de Delia Derbyshire, escultora sonora, y Ron Graine que la pusieron de moda en la serie británica Doctor Who, dándole una nueva estética a la música…

Y de ahí a la historia, la electrónica, la alimentación, la energía, el manga, la medicina, estos últimos más conocidos por andar de boca en boca ya con vida propia. Me ha llamado poderosamente la atención lo de la “historia alternativa”.

Hasta ahora concebía que la historia alternativa era contar los hechos con distinto punto de vista al que oficialmente estaba instituido, sin ocultar las verdaderas razones que se usaron para llegar a los resultados relatados o enfocándolos desde la vida diaria de la población y no desde la de los asuntos privados de economías y poderes.

E incluso con visiones diferentes de los hechos, invadir un país puede ser tomado como una forma de aportar ayuda y bienestar, o, un genocidio y un ataque.

Esto me ha metido de lleno en otro término no menos curioso, la de la historia”contrafactual”. Consiste en un análisis académico y riguroso sobre un suceso histórico que de haber ocurrido de forma diferente a como ocurrió, cambiaría totalmente la situación del presente.

Esta manera de analizar la historia cuenta con un método estudiado, en el que primero se ha de tener un “punto de divergencia o condición contrafactual”, por ejemplo ¿Qué hubiera pasado si Alejandro Magno hubiera emprendido su conquista hacia el oeste en vez de hacia el este? ¿Se habría iniciado una guerra con el imperio romano? Se preguntaba Tito Libio hace dos mil años en un ejercicio para alcanzar todas las alternativas que en un momento histórico se pueden considerar posibles.

Los siguientes puntos necesarios para realizar este análisis consisten en la unicidad del punto de divergencia, el sentido histórico y la plausibilidad.

Ha habido más preguntas de este tipo y más análisis de posibilidades en intentos para comprender mejor por qué ocurrió como ocurrió, revelándonos que la historia no se nutre por “leyes filosóficas, materialistas o espirituales, sino que es el escenario de un enfrentamiento entre la libertad, la fortuna y la imaginación”.

Charles Renouvier, publicó en 1876 su obra ”Ucronía: Esbozo histórico apócrifo del desarrollo de la civilización europea tal como no ha sido, tal como habría podido ser”.

Algo así como una ucronía, rama de la ciencia ficción, que a partir del punto Jumbar se desarrolla de modo tan diferente al que tuvo en una línea temporal ya acaecida pero, usando el estudio de la realidad del entorno de la época y ajustando los sucesos a la posibilidad real de que ocurrieran.

Esto nos revela que ese determinismo histórico del que hacemos gala proviene de actuaciones irreflexivas, llenas de actos frustrados del pasado, de contingencias indeterminadas, de una entre muchas alternativas, y que, ese pasado que fue, pudo ser tan enloquecido como cualquiera de los imaginados.

Hay pensadores tanto en contra como a favor de esta disciplina. Sin embargo, leídos los razonamientos de los que están a favor de este ejercicio realmente ingenioso, y que llevado con rigor, utilizando todos los datos que en la actualidad están a nuestro alcance, arqueológicos, documentales, médicos, nos llevan a unos resultados increíbles. Una forma de comprender qué ocurrió dadas las posibilidades y por qué hemos llegado donde estamos, sin ignorar que pudo haber otras alternativas.

No es una reinterpretación de la historia sino una nueva historia que no fue, y que deriva en un presente con cambios espectaculares respecto del nuestro, con actuaciones que divergen cada vez más a partir del hecho alterado.

Todos estos datos e ideas las he sacado de los sitios que he consultado, y dan para pensar un rato, claro que para eso tendríamos que disponer de tiempo y de un cerebro ejercitado.





Foto: http://www.wallpapergate.com





sábado, 6 de noviembre de 2010

Odisea



Comienza pues esta historia invocando a mi musa masculina para que cuente lo sucedido, porque la femenina resulta demasiado introvertida y se gestiona sola sus desvaríos.El medicane aquél del que hablaba ha resultado ser ciclón tropical y no mediterráneo como esperaba, y aunque ya amaina aún asusta.

La asamblea en que mis memes debían decidir si salir al rescate de lo necesario para superar la escollera, o “sencillamente” quedarme dónde estaba y dejar que todo acabara hecho añicos en el vendaval y desapareciendo, o divido el problema en fracciones más tolerables, acabó decantándome a buscar un sitio cómodo en el ojo del tornado.

Mientras allí esperaba, todo a mí alrededor desaparecía, incluso la comunicación, dejándome completamente aislada. De hecho he tenido que oírme aquello de que si “estaba quemada”, pues parece que siempre hay que estar sonriente y en pleno rendimiento, o de lo contrario eres una amenaza para el sistema manteniendo una actitud de desapego por lo que te rodea.

En cualquier caso ando por la orilla recogiendo pedazos, de vez en cuando arrecia la lluvia y me refugio en el primer sitio que veo, hasta que puedo regresar a casa. He desestimado mucho de lo que reencontraba, pero con los escasos restos que siguen funcionando vuelvo a poner en marcha solo aquello que me generaba alegría y calor, como este blog y los apreciados amigos que he hecho, y que con inmensas ganas vuelvo a visitar.

Ahora, en cuanto la tormenta cese comenzare la búsqueda. La distancia que no he puesto yo la han puesto los demás y, aunque a veces con pesar, me facilita el camino.

Ligera de carga solo he de invocar a Atenea para que me consiga un pacto y poder conseguir “convivir en la paz en los años venideros”. Dicen que los griegos en su festividad la honraban vistiendo ropas nuevas con algo púrpura y comiendo aceitunas.

Pronto iré de compras. Además de las mejores aceitunas del mercado, serán ropas dignas de una diosa.




La foto la he bajado de www.yodigital.com


jueves, 14 de octubre de 2010

Hábitos alimentarios en alerta roja.




Decirle a la gente, tal y como están las cosas, qué debe comer cuando no puede permitírselo es la forma más notoria de hacer que excuse comer los comestibles sin manipular industrialmente por suculentos alimentos preparados y a su alcance.

Resulta difícil comprender para este sobreabundante Occidente que selecciona sus productos según el marketing, que las familias con ingresos mínimos hayan de elegir entre lo económico en cantidad y la calidad austera.

Las circunstancias prácticas que rodean las costumbres dietéticas de una sociedad la condicionan, y si conseguimos ser capaces de entender el origen de preferencias y manías de las personas hacia los alimentos, podríamos cambiar estas conductoras circunstancias prácticas antes de que aparezcan remedios ineficaces y hasta peligrosos para los graves problemas que acucian nuestra salud.

Los hábitos dietéticos se han visto limitados por los cómputos de costes y beneficios de las empresas transnacionales de producción y venta de comestibles, que con el lema “lo que es bueno para comer es bueno para vender” han acostumbrado a sus clientes a la abundancia excesiva de alimentos.

El desencadenamiento de los sensibles mecanismos que activan el apetito humano al sobrealimentarlo, y la desaparición de la dependencia en la búsqueda y elaboración constante de los alimentos necesarios para subsistir, han favorecido que los estragos físicos como la obesidad y los trastornos cardiovasculares produzcan sus efectos nefastos en la salud, y esto aún siendo previsibles. Lo que nos ha llevado a la aversión hacia los alimentos de alto contenido en grasas y colesterol y a bajar su consumo. Podríamos decir lo mismo de los azúcares, la sal, el alcohol… larga es la lista.

Esto pone en marcha la desigual optimización de costes, produciendo efectos inversamente proporcionales según se trate de consumidores, agricultores, políticos o empresarios, y esto a su vez, lleva al error de pensar que las costumbres alimentarias actuales de la gran mayoría de la población media y pobre, son dominadas por símbolos “arbitrarios” que reflejan hábitos mudables de alimentación. Nada más lejos.

Todo el mundo sabe que la obtención, preparación e ingestión de alimentos es la diferencia entre vivir y morir, y que no existe ningún alimento que provea de todos los nutrientes para mantener un nivel de salud óptimo. Pero de poco sirve porque a pocos les preocupa que la nutrición sea el proceso mediante el cual los alimentos que ingerimos se transforman en nutrientes, base del equilibrio y el bienestar de esa salud que a todas luces queremos obtener.

La armonía no es intangible ni irreal, tan solo consiste en saber qué necesitamos, qué nos hace sentir mejor, qué propiedades son válidas y cómo obtenerlas. Conocernos, esencial. Si nos familiarizamos con el aspecto nutritivo de los alimentos y nos informamos debidamente sobre su aspecto lucrativo (por lo del coste en conseguirlos entre otros), seremos capaces de entender esa parte primordial de nuestra salud. Comer adecuadamente hoy por hoy es todo un arte. Y vital debiera ser el adiestrarnos en aquello que pone en peligro nuestra salud física y psíquica, adaptando la alimentación a unos cuerpos que funcionan al compás del alteradísimo sistema nervioso al que nos lleva nuestra forma de vida.

Porque enfrentarnos además a noticias como que entre todos los entes que soportamos con nuestros impuestos, CSA, FAO, FIDA, ONU, PMA, OMC, FMI, han contabilizado que alrededor de los opulentos Occidentales hay 925 “millones” de “personas” que pasan hambre, y hablan de “debatir” sobre la “volatilidad de los precios de los alimentos”, para después nombrar a nuevos embajadores de buena voluntad de la FAO” entre actrices, cantantes y actores, es lógico que nos trastorne y hasta nos irrite tocar este tema.

No se puede decir mucho más, salvo guardarnos la vergüenza donde menos huela y ponernos manos a la obra cada uno de nosotros, sinceramente. Empecemos por educarnos y sigamos por educar.



http://www.elmundo.es/elmundo/2010/10/11/solidaridad/1286814264.html

sábado, 2 de octubre de 2010

Yo y la de antes.


Solo, pequeño, imbatible, hermoso, magnánimo, fuerte… feliz


Estaba especialmente triste mi compañera aquella tarde. Acabamos paseando por la playa, hablaba de su lejana tierra, de la pérdida de él (ese que ya será por siempre único), de la tristeza en la entrega de un hombre a su destino y la tranquila espera del fin. Iba de un tema a otro tras cortos silencios, hablaba despacio y las olas del mar no me dejaban oír algunas palabras pero no la interrumpía, la imaginaba más allá de lo que estaba diciendo, y traducía mentalmente a otra historia lo que me contaba entre ambigüedades por algo más terrenal.

La imaginaba viéndose a sí misma allí, conocida, como tras un cristal, riendo, con su manera de hacer las cosas, y cada una de sus frases la trasladaba al sentimiento, la notaba queriendo aunarse con aquella imagen en tanto algo se lo impedía y la obligaba a quedarse donde estaba, viéndose desaparecer decidía acercarse y atravesaba aquella proyección de sí misma, con la angustia atenazando su garganta comprendía que debía dejarla ir, la certeza de que ya no le pertenecía ese tiempo se hacía cada vez más irrefutable, si la retuviera ambas sucumbirían, debía olvidarla y seguir su camino con este nuevo ser en el que apenas se reconocía, pendiente de construir, miraba sus manos, sentía su cuerpo, el cansancio, la pesadez, le faltaba la alegría que le hacía correr. ¡Señor! La otra, la conocida, se quedaba con todo, era la invencible, la que no contaba con lo feo. Esta nueva en la que a duras penas se presiente, en la que nunca pensó y para la que no se siente preparada, la altera, ¿cómo lo hacéis las demás? Algunas lo delatan en el rostro, en su carácter, en sus quejas y lloros, deshaciéndose en un torbellino de preguntas sin necesidad de tener las respuestas.

Precisa un ”barredor de tristezas” -pensé- había callado, caminando, medía sus pisadas y la distancia al mar, me senté en la arena y la deje alejarse a solas.

Quedé pensando en la actitud con la que enfocamos nuestras vidas. La sociedad es áspera y delirante, le molesta todo aquello que no sea ella misma, joven, bella y suntuosa, y acaba dándose de bruces cuando se le rompe la dirección (por no decir que se pega la hostia padre reiteradamente). En cuanto nos toca quedarnos atrás, dónde ya no podemos echar carbón al fuego porque nuestro tiro se queda corto, y nos apoyamos en la pala para maldecirla, recordemos que debemos soltar la pala alzándola primero sobre nuestra cabeza y tirándola lo más lejos posible, levantar el dedo anular justiciero bien tieso y soltar el mayor taco que se nos ocurra en ese momento. Se acabó la responsabilidad, se acabaron los horarios, se acabaron las estadísticas, se acabaron las vacilaciones (se lo contaba en el camino de vuelta). Ahora eres vieja, ni te miran, ni te quieren, ni se acuerdan de ti. Mejor que mejor. Ahora toca hacer lo que te de verdaderamente la gana, y con el aliciente de hacerles sentir culpables por desahuciarte, a la familia, a la sociedad, al gobierno y a todo ser viviente que se considere socialmente aceptable. Que les den. Se reía. Menos mal.

Ya ha vuelto a su tierra, a sus orígenes, se siente capaz de enfrentarse a todo el dolor que tuvo que asimilar y por el que de la noche a la mañana decidió huir. Recompuesta, más mayor y serena, pretende renovar su vida con cuanto pedazo huérfano dejó encajado en cualquier parte de su mundo. Y una actitud totalmente diferente, la de aceptarse a ella y al mundo tal cual es.

A veces, más de una locura acaba siendo cordura. Me ha dejado patente la fuerza con la que la naturaleza y los humanos, como parte consustancial de ella, podemos persistir y deslumbrar una y otra vez.


sábado, 11 de septiembre de 2010

Inteligencia nula



Monday in B flat
Monday in B flat
Toni García



"Cerf-volant"
Cometa
Que vuelas al viento
No te pares
Hacia el mar
Ahí arriba en el aire
Te ve un niño
Viajes insolentes
Turbaciones embriagadoras
Amores inocentes
Siguen tu estela
Siguen tu estela
Volando
Cometa
Que vuelas al viento
No te pares
Hacia el mar
Ahí arriba en el aire
Te ve un niño
Y en la tormenta
Tus alas triunfarán
No te olvides de regresar
Hacia mí



Puesto que la consecuencia de un día es que resulta irrecuperable, parece presuntuoso intentar dudar en si participar o no en el combate, su viabilidad la identificas cuando compruebas el equilibrio racional entre ganancias y pérdidas.
Cada uno de nosotros solemos explicar los acontecimientos en base a los sentimientos y motivaciones personales que experimentamos antes, durante y después del desencadenamiento de las hostilidades, pero a pocos nos interesa conocer qué nos ha llevado hasta ese punto.

Casi siempre se funda en una base práctica, en la que las soluciones alternativas distan mucho de existir para ese momento infructuoso, o al menos así lo parece en ese instante en que la solución forma parte de una estrategia adaptativa a las condiciones específicas.
E invocas ciertos instintos criminales imaginarios, e incluso motivos inescrutables para llegar a comprender por qué en ese combate te has armado como una verdulera de tus más primitivos instintos, nada de lo que enorgullecerse. Puedes ganar la batalla pero sentirte rematadamente frustrada, así que empiezas otra batalla contigo misma.

En la historia se puede fácilmente comprobar que nuestros predecesores no tuvieron en cuenta los cambios que provocarían sus malas decisiones, a veces irreversibles, sin que llegasen a comprender conscientemente lo que estaba pasando, y te explicas que los resultados de la incapacidad en el control consciente e inteligente de los acontecimientos de un día pueden traer malas consecuencias incluso a corto plazo.

Todo se hace en beneficio de un bien momentáneo y ambiguo, antes mal, ahora mejor, luego fatal, y entonces ninguno de los puntos de escape viables te dan una salida ni siquiera remotamente digna. Es como una onda de acción que siguen todos, desde problemas políticos hasta la enseñanza de los hijos pasando por todos los contextos sociales, laborales y personales.

Por eso echas mano del arsenal cultural que otros antes que tú han utilizado demostrándote que da resultados, cima de la civilización, y rebuscas en la diplomacia filosófica de la que tanto se ha escrito en siglos pasados, del refinamiento retórico, adhiriéndote a ella para cosecharla como mecánica intelectual, a la que por fin solo te lleva la experiencia de los años (años intentándolo, que al cabo dan su fruto).

Llegado el momento, antes de la destrucción masiva de cuanto se halla a tu alcance y bajo tu línea de fuego, echas mano de esa gran estratega que has estado cultivando: servicios secretos afiliados y la soldado de elite, en suma, conocimiento y buena puntería, algo que cualquier política que se precie debería utilizar siempre.

El mar y ese dulce coro de voces te introduce en un mundo de sueños nuevos, de posibilidades inmensas, y acude hasta ti la imagen del poder real o la de la belleza auténtica. Hay que acudir al campo de batalla cada día.

Y se desvanece el día mientras sonríes recordando la cara de sorpresa de los demás cuando sin un solo aspaviento, mala cara o molestia alguna, y con la mayor serenidad haciendo gala de una inquietante sonrisa, les ha demostrado que el problema no estaba ciertamente donde todos lo estaban viendo, sino en la consecuencia irreparable de una mala decisión que ha sido tomada sin considerar los previsibles cambios, superioridad y mayoría que han actuado como “beligerantes poderosos bombardeando a la población civil con fuego, violencia, napalm, rarefacción de oxígeno, armas high-tech”, y cuanto tenían a su alcance salvo lo más importante: el verbo y el derecho.

Solo ha habido silencio.


No hubo elección:
murió quién pudo,
quien no pudo morir continuó andando,
los árboles nevaban lentos frutos,
era verano, invierno, todo un año
o más quizá: era la vida
entera
aquel enorme día de combate.

Por el oeste el viento traía sangre,
por el este la tierra era ceniza,
el norte entero estaba
bloqueado
por alambradas secas y por gritos,
y únicamente el sur,
tan sólo
el sur,
se ofrecía ancho y libre a nuestros ojos.

Pero el sur no existía:
ni agua, ni luz, ni sombra, ni ceniza
llenaban la oquedad, su hondo vacío:
el sur era un enorme precipicio,
un abismo sin fin de donde,
lentos,
los poderosos buitres ascendían.

El campo de batalla
Ángel Gónzalez


Sí, hay que acudir al campo de batalla cada día, con la estrategia bien definida, el verbo como arma y del derecho la bala. De manera que en la derrota, el sur exista.





sábado, 28 de agosto de 2010

Medicane a 39º 28’ N 0º 22’ O



Medicane
Ciclón del mediterráneo, 18/10/07 Murcia.
Imagen MODIS-NASA (la flecha señala el “ojo” del sistema)


Estoy en casa sentada en la terraza con una copa de riesling helado, es noche cerrada y el calor cede. Llega agradable la brisa del mar hasta el centro de la ciudad.

Ha sido un día de vacaciones duro, uno de los últimos, solo pensar que mañana estaré en la montaña me reconcilia con la vida. En apenas dos días comenzaré de nuevo con la rutina, se acabaron los fines de semana dobles. Deberé contar con día y medio aprovechados al máximo.

Así que con las estrellas ante mí me dispongo a tomar decisiones.
Cambios, importantes y serios. La vorágine que gira a mi alrededor de ideas, pensamientos, querencias, son como la ruleta, apuesto a un número y a un color, y dejo rodar una decisión que va contra la corriente del ciclón que cada vez con más fuerza me rodea, generado en gran medida por la baja presión del sistema en el que he de asentarme al chocar continuamente con la alta presión de mi continua necesidad de vivir tranquila.

La cuestión se agrava cuando a la vorágine convertida en ciclón empiezo a verle en vórtice. Ya no se ven números, y mucho menos colores, la decisión va derecha al centro con la posible contrariedad de que forme un tornado y deje de ser un cambio (de ruta o de signo, según se mire) para convertirse en una batalla campal (lo mires por donde lo mires).

Segunda copa de riesling antes de ver por dónde libero energía y recupero la decisión sin perder la cabeza, acción que me coloca en el centro de todo.
Mano de “santa” oye. De repente amaina la tormenta y vislumbro color en el giro, los posibles números dibujan líneas blancas a mi alrededor.
Acabo de tener una visión (no doble, mental).
El comienzo y el fin siempre van juntos. Si empiezo algo nuevo automáticamente dejaré de hacer lo que estaba haciendo.

Y justo en el vórtice donde me encuentro ahora, no hay nada.
Estoy ante un potencial único, porque donde no hay nada se encuentra el poder absoluto de hacerlo todo.

Poseo las herramientas, técnica, experiencia y conocimiento.
Y ahora, a dormir.
Salud.


domingo, 22 de agosto de 2010

Obviar lo justo






Lisias, logógrafo del 403 a.C., maestro de retórica y oratoria, todo un virtuoso en adaptar su discurso al carácter de su cliente. Además de dominar el poder de convicción para manipular a su favor cuantas pruebas fueran necesarias utilizando tan solo la palabra, el lenguaje, la dicción y la idea “con pureza, sencillez y claridad”. Demóstenes, Heródoto, Tucídices, ejemplos no faltan.

Usar el lenguaje y la palabra, la dicción y la idea, no es lo que hacemos todos los días. Solo las aplicamos en parte para cubrir nuestras necesidades inmediatas, pero no las usamos en absoluto. Ni siquiera los que se dedican a ella profesionalmente.
Hacer referencia a políticos y abogados actuales sería perder el tiempo. Los pedagogos andan perdidos entre saber qué son y qué les dejan ser, los filósofos están a la caza de reflexiones psicológicas y psiquiátricas que dan divisas, a unos periodistas les da igual lo que la gente quiera leer y otros escriben lo que les compran, los escritores y educadores van a lo suyo, de modo que el lenguaje y la idea andan flotando en el ambiente y a nadie parece importarle por donde deambule.
Y a las mujeres, a las mujeres siguen sin escucharnos, claro que son pocas las veces que te encuentras con alguna capaz de distraer de sus sentimientos una idea sobre el mundo, y que además quiera llegar más allá en una cuestión que no sea para nada práctica.

No me daba cuenta de la cantidad de cosas que aún estando ocultas a nuestro interés, siguen existiendo. Me sorprendo escuchando a dos indigentes que sentados en el banco de la esquina, en una parte boscosa de este río de diseño dentro de la ciudad –no por ello menos hermoso- y expresándose con la legua pastosa y lenta debido posiblemente a que su núcleo accumbens* debe ocuparles ya casi por completo el cerebro, lo que nos llevaría a suponer que el resto de actividades propias han quedado minimizadas, como decía me sorprenden grandemente porque hablaban de la nobleza con una perspectiva muy interesante y que me hizo prestarles la atención que hasta ese momento tenía puesta en mi libro.

Nobleza de la gente que vive asociada a las deudas del alma, al placer de la crueldad, que cuando no encuentra con quién desahogar esa necesidad de “justicia” van contra sí mismos, hurgando en su interior, pretendiendo perfeccionar lo que hace millones de años se incrustó en nuestros memes como algo innato a nuestra naturaleza, esa necesidad de compensar a nuestro sufrimiento haciendo sufrir a los demás.
Nosotros al menos, decían, no nos estamos analizando por lo malos que somos, disfrutamos cuando podemos y cuando no, sufrimos, pero estos, estos sufren hasta para ir al baño, hasta cuando hacen daño se sienten mal, y se pasan la vida ansiando otro momento de placer para luego detestarse por la forma en que lo consiguen, o por lo poco que dura, o por vete tú a saber que se les ocurre.

Seguí el hilo de mi pensamiento. ¿Quién abandona sus deseos, avanzando libre de anhelos, desinteresado, sin egoísmos, marchando hacia el Nirvana?
No queremos sufrir, sin saber que la falta de sufrimiento ancestral con el que nos bautizó la conciencia, lleva implícito dejar de observar el mundo como los ungidos por la razón. Y este no sufrimiento que ansiamos no está en el camino de la dependencia de los demás, del consumo exacerbado, ni de las propiedades particulares.

De igual manera hay gente que admiras, de lejos, por lo que hace en público, y no eres capaz de entender que el resto de sus quehaceres son rutinarios y comunes a los tuyos. Y el de aquellos que viven a tu lado de los que ni se te ocurre pensar que pudieran crear o descubrir cosas que un día acabaran asombrando al mundo. La tendencia es a declararlas incompatibles, y solo consistiría en adoptar un buen punto de vista para que la confusión se tornara en claridad.

Reinterpretar las ideas, los mendigos tienen tiempo para pensar y si lo hacen con sus núcleos placenteros a todo gas, no van del todo descaminados, perdamos pues tiempo –que no neuronas- en recuperar el resuello y aún estando fatigados esforcémonos en dejar en manos de la obviedad solo lo justo para que no pasen desapercibidos los comportamientos destructivos. Quizá entonces podamos conseguir otra utopía, hacer al amor y la libertad aliados.



*Grupo de neuronas del encéfalo. Se piensa que este núcleo tiene un papel importante en la recompensa, la risa, el placer, la adicción y el miedo.