domingo, 31 de julio de 2011

Una aventura


Matrix
Enajenación mental e ilusión real




“Tu identidad  es algo que te limita,

te priva de la posibilidad de poder ser otra cosa…”

Nadie es tan débil como para no poder participar en el proyecto humano,
el concepto hombre ha de ser superado.




Con una reserva expeditiva como nuevo talante para enfrentarse a la vida diaria, con menos posibilidades ir más lejos, usando miedos para gastar valor, soportando la mirada lasciva del que te compadece y del que te porfía ajustas tu presupuesto como paracaídas que contiene toda tu vida. Cualquier descuido puede llevarte a la más descorazonadora indigencia.

Miras y hay otros que cabizbajos lloran, otros, que desgarran sus uñas contra las piedras que les impiden salir, otros, sujetos por un hilo de acero que envuelve su mano sangran, otros que no dejan de mirar hacia abajo y obligan a caer a quien haga falta para sujetar mejor su existencia. Otros que también has sido.

Y sabes que tienes que hacerlo de otra manera. Planear confiando solo en tus posibilidades, pequeñas, inocentes, menguadas, y trabajarlas para hacerlas grandes, poderosas, pero a ellas, no a las de otros. Sabes, y es un alivio.

Desenchufarte de todas y cada una de las conexiones que te alimentan, te sujetan, te curan, es doloroso y lento. Se necesita tiempo. Incluso mucho tiempo.
Ya es hora del comienzo.


sábado, 16 de julio de 2011

Humanos y su progenie artificial




Mirando desde la suficiente distancia, estas crisis no son más que juegos de poder de una inteligencia humana que somos incapaces de gestionar, se nos escapa en nimiedades porque nuestros intereses individuales -que ya deberían estar solucionados y no retrasarnos en este asalto continuo para resolver las necesidades más básicas- nos superan con creces y nos hacen desatender la resolución de nuestro destino como raza humana.

Desde que el hombre empezó a forjar su historia nunca ha sido consciente de que las determinaciones que elegía formaban parte de un todo en el que estaba decidiéndose su futuro. Solo ha habido y hay mentes dominantes que buscaban y buscan su propio beneficio, fácilmente reconocibles por los subordinados que escogen, “mansos, auto-disminuidos, disponibles, sin iniciativa, ineficientes sin el cerebro que les dirige”, educados y reducidos para ello.

En esta era, tan preocupados andamos con la molesta trama del mundo que nos rodea, sociedad humanoide que empieza a quedar obsoleta en su evolución repetitiva e innecesaria, que estamos pasando por alto decisiones de vanguardia concebidas ya sobre la próxima generación de seres que dominaran la tierra y parte de nuestro aún desconocido universo.
“La gallina es de lo que se vale el huevo para crear otro huevo”  pensamiento forjado entre científicos de mentes abiertas y que desplegará abismos ante los que no estemos preparados. Hasta ahora nuestra propia impotencia nos ha sido válida contra nuestra imprudencia en la destrucción total que ya hemos alcanzado, si damos un paso más y dejamos de ser impotentes ¿qué nos frenará contra nuestra propia imprevisión?

”No nos define lo que dicen nuestras palabras, sino lo que hacemos cuando acabamos de decirlas”.
Dicen los estudiosos que el verdadero superhombre lo será por su capacidad mental y no por su poder físico, que el avance de la humanidad no se debe a los individuos (o a las máquinas) capaces de generar respuestas, sino a quienes se plantean las preguntas adecuadas y trabajan denodadamente para hallar una solución.

¿Qué sería de nosotros si pudiésemos desarrollar toda la capacidad de nuestro cerebro? Creo con la más absoluta sinceridad que explotaríamos por congestionamiento, incapacidad total en la tarea de manejar la energía de toda la información que produciríamos.
De la pequeña fracción que llegamos a gestionar un gran fragmento la utilizamos inconscientemente sin prestarle atención, otra poca en sobrevivir, y algunos pocos consiguen utilizar otra porción en ideas y sueños y conseguir con ellos un avance, el resto –cerebro y humanos- no tenemos idea ni de que exista, dilucidar en estas condiciones hacia dónde vamos resulta épico, aunque no imposible.
Sin embargo hemos de hacernos a la idea de una vez por todas que la lucha contra las limitaciones de nuestra inteligencia se hará cada vez más intensa, lejos de relajarnos en un futuro deberemos activar partes desconocidas de nuestro cerebro para evolucionar sin desaparecer, e incluso evitar nuestra propia combustión espontánea.

Resulta que las máquinas que nos rodean lejos de provocarnos soledad, desde la cocina hasta la oficina, pasando por los cajeros automáticos, tickets de autobús, dinero de plástico con el que intercambiamos servicios y productos, violines, altavoces hipersensibles, no solo no nos han aislado sino que nos permiten evaluar de una forma más positiva el contacto con los demás. La evolución de la vida biológica de un estado de no-conciencia al de conciencia llevó a cabo una enorme cantidad de fases sin ningún programa establecido, las máquinas con nuestra aportación están evolucionando más rápido.
Y además, mire usted por dónde, resulta que debido a esa sensibilización humana hacia todo aquello que le gusta y le reporta beneficio les tomamos cariño. Sí, cariño a las máquinas. Al coche, a la bicicleta, a la cafetera, a la fantástica pantalla digital, al ya casi apéndice biológico del móvil (no estoy exagerando, falta poco). Ni que decir al ejemplar de la foto.

Todo esto no ha sido más que el éxito de la física matemática por los científicos cibernéticos de mentes abiertas, la sociedad debería prepararse para enfrentar planteamientos que acucien nuestra honestidad e inteligencia y dejar de creer que no necesita pensar, enfrentar una homeostasis social continuada es la mejor forma de adaptarnos a la posible supervivencia humana, incluso metiendo nuestro cerebro en una máquina.

Los científicos sociales actuales -por llamarles de alguna manera- siguen sin desarrollar una concepción clara de la física matemática que aplican a sus métodos, dado los resultados obtenidos desgraciadamente visibles en todo el mundo. “Las matemáticas que emplean los científicos sociales y la física matemática que usan como su modelo son la matemática y la física matemática de 1850.”, esto lo dijo Weiner en 1964 y van a peor, siguen cerriles.
Está más que probado aquello de que no son los individuos capaces de generar respuestas los que hacen avanzar la humanidad sino aquellos que planteado el problema dedican su vida a encontrar la solución. Ya que muchos no estamos capacitados para hacerlo, por lo menos dediquemos unos días cada cuatro años de nuestra vida, a escoger a los tipos verdaderamente dispuestos, y otros pocos días cada año a valorar su trabajo, cultivemos con ganas este actual positivismo lógico. Responsabilidad le llamaría yo.
                                                                                     
¿Llegará antes el hombre máquina o la máquina humana?  Solo esperemos que la nueva generación inteligente posbiológica no cargue con nuestros errores, y realmente sean más perspicaces que nosotros valorando la unión de todos los seres-máquina sin crear clases ni Estados.

A partir de ahora voy a mirar a mi cafetera y a mi coche de manera bien distinta, que cariño ya les tengo.






“La idea de que la supuesta creación del hombre y los animales 
es debida a un Dios, el engendramiento de los seres vivos de acuerdo 
con su clase y la posible reproducción de máquinas forman parte 
del mismo orden de fenómenos, es emocionalmente perturbadora, 
tal como las especulaciones de Darwin acerca de la evolución 
y el origen del hombre fueron perturbadoras.
 Si fue una ofensa contra nuestro propio orgullo el que se nos comparase 
con un simio, ahora ya nos hemos repuesto de ello; 
y es una ofensa aún mayor ser comparado con una máquina.”
Norbert Wiener (1964)
Dios & Golem, S.A.


jueves, 16 de junio de 2011

Mammon


El culto a Mammon
Evelyn de Morgan - 1909



El dios al que se rinde culto hoy día. En arameo, riqueza, en hebreo, dinero, en fenicio, beneficio, también conocido como el demonio de la avaricia, riqueza e injusticia. No es extraño pues el fin al que aspira la mecánica del sistema al que obedecemos, trabajo permanente para los obreros y beneficios ilimitados para los propietarios, curiosamente, explotación de unos para la felicidad de otros.


Los economistas, otros dioses a los que la política rinde culto, como buenas echadoras de la buenaventura, anuncian sin ruborizarse sus predicciones siempre fallidas. De manera que esa armonía de la que tanto hablan sobre lo que tiene que ir mal para que lo demás vaya presumiblemente bien, sus retóricas sobre estabilizaciones que acaban en impecables subidas del nivel de vida, están provocando cada vez más paro, pobreza, delincuencia y demografías desastrosas, logrando que los que andábamos mal vayamos camino de peor. 
Vamos, que el valor de la vida humana socialmente está por los suelos, no digamos el de las personas.

Este podría llamarse el  Gran Siglo de los Desencantados, del “no se puede hacer nada”, de los pesimistas que hablan de perder los privilegios de nuestra era volviendo a las cavernas.
¿Es posible hacer que la economía sirva a las personas en vez de éstas a ella? Por supuesto.
Ya se ha derramado tinta tratando esta cuestión, Proudhon por ejemplo, y Marcuse, por no irnos hasta Aristóteles.

El pensamiento dominante es directamente proporcional a aquello en que se basa la economía capitalista, o sea, el mercado libre y la competencia, división del trabajo, sometimiento de una clase a los intereses de otra… en otras palabras, la economía se ha convertido en una religión, con todas las connotaciones que ello implica, aunque nos lleve al cadalso la fe es ciega.

Somos demasiados para que en una vida tan corta podamos pertenecer alguna vez a la élite de la minoría opresora. Ser conscientes de pertenecer a la masa para siempre excluida del beneficio de disponer de tiempo para disfrutarlo en libertad, es un paso obligado para llegar a comprender cómo funciona nuestro entorno y tratar de mejorarlo.

¿Con qué contamos? Tiempo, energía, fuerza, libertad, que no nos sirven para apostar en los flujos monetarios que reparten la riqueza, a lo único que logramos acceder es a acelerar o desacelerar el movimiento desde fuera de manera que solo optamos a una parte de dicho flujo, del que únicamente nos está permitido sacar suficiente fuerza y energía para soportarlo, en detrimento de nuestro tiempo y nuestra libertad.

Poner a la economía en su sitio requiere de una autocrítica del pensamiento social, de un acto de contrición, y que contiene varios puntos a discutir. Dos de ellos para empezar:

“Primacía del humano sobre la mercancía, para ello la economía no deberá desarrollarse a pesar de las personas, ni contra ellas ni su bienestar. ”

“Primacía del ser sobre el tener, o dicho de una forma más directa, se hace necesario el desmontaje de todo trabajo que necesite de máquinas descerebradas y del desencanto del mundo.”

Sistema capitalista, si ¿por qué no?. Aprovechemos su parte buena, este sistema permite adquirir mejoras sustanciales en el bienestar general, bien, desterremos sus desventajas, la desmoralización, el desaliento y la pobreza de quienes las realizan.

Nietzsche afirmaba que todo aquel que no dispone de dos terceras partes de su tiempo en total libertad para su uso personal, es un esclavo.


sábado, 28 de mayo de 2011

¿Qué ha pasado?



Pretendía y pretendo, aún escribiendo en este post sobre las últimas votaciones, no tomar parte decantándome hacia mis inclinaciones políticas o mi particular visión de lo que ha ocurrido, o razonando por qué han salido las cosas de esta manera. Son suficientes las muchas opiniones que siguen produciéndose de todo tipo y de personas mejor preparadas para analizar en profundidad este arduo tema.

Sin embargo no puedo, aunque quiera, pasar por alto algo que debiera ser obvio y no lo es casi nunca, por lo menos para la gran mayoría. Estas votaciones han dejado en evidencia lo perdidos que andamos, y no por cuestiones de colores políticos ni de comprensión del entendimiento social entre niveles económicos, jerarquías y poderes.
Se trata de la desvirtuada enseñanza sobre el perdón y la reconciliación con la que llevamos siglos conviviendo, soportándola desde la más tierna infancia y heredada de nuestros ancestros más lejanos, grabada a fuego en nuestros más insignificantes y mecánicos genes.

Cuando alguien comete una falta no se puede usar el perdón ni la compasión tan a la ligera. Ha de aprender el autor y los que no lo tengan claro que deben hacerse responsables de los daños ocasionados. No se puede dejar que se banalicen ataques a la integridad de las personas, a su libertad o a su bienestar, se ha de saber que no existe la imposibilidad de decir, que no hay nada inexpresable, que no se debe confundir al agresor con un pobre desgraciado porque no lo es.

Sin embargo estas prácticas tan en uso en nuestra sociedad despliegan un manto oscuro sobre la credulidad de la gente, y terminan provocando una simpatía generosa por los injustos, abusadores e incompetentes. Pero cuando estos representan al poder capaz de guiar a ciudadanos ciegos y confiados, los delitos son atentados contra la dignidad y la esencia de ese pueblo.
¿De qué nos sirven entonces Auschwitz, Irosima, tantas mujeres maltratadas y muertas? Parece que no nos sirve de nada, pues a esas culminaciones de horrores se llega cultivando el silencio, la conmiseración, la imposibilidad, la condescendencia y el perdón.

Hay que ir con mucho tiento, pensando detenidamente a quienes van a ser administradas estas honrosas y equívocas facultades humanas, pues nos han llevado a crear unas tragaderas sociales como las cataratas del Niágara.
Y en este punto nos encontramos. Amigos míos, solo encuentro una posibilidad para no sucumbir, la “Educación”, pero no la de títulos y oficialidades, sino una educación social de realidades puras y duras.

Este conocer los límites de las buenas intenciones, el de utilizar la vara de medir injusticias con todo su rigor, el dejar de crear derechos universales que matan derechos de “unicidad”, pudieran encontrar el camino que nos salvará de las continuas consternaciones en los que parece derivar nuestra humanidad, agresora y victima a la vez, donde el habla y la razón educadoras han sido capaces de revelar a muchos de los que han vivido bajo las botas de la autocracia que “la conciencia no se disuelve bajo la opresión”.

Y en tanto no cambien las cosas ¡Indignémonos! Pero sobre todo ¡Eduquémonos¡



martes, 26 de abril de 2011

Quizá vivir sea esto


Nénufares de Claude Monet

Me gustan los deportes, es una parte de nuestra cultura realmente agradable e incluso en algunas disciplinas puede llegar a ser un arte, la actividad física resulta un beneficioso escape mental y mantiene el cuerpo en forma para alojar una mente abierta, y aunque huyo de aquellos que han convertido el ser un aficionado en potables fanáticos no dejo de reconocer el divertimento que experimento cuando disfruto de alguno de esos juegos.


Hay uno que llamó especialmente mi atención hace unos días por la carga histórica que representaban al comienzo del partido, carga histórica de tradiciones y de “fundamento” humano.
Se trata del Haka una danza de guerra tribal maorí de Nueva Zelanda que usan como bienvenida y signo de hospitalidad y que es utilizada por el equipo neozelandés de rugby All Blacks al comienzo del partido. En ese canto se habla de vida, dominio y de hombres peludos y valientes.
Cuando la vi me supuse paralizada en plena selva delante de un grupo de hombretones con cara de enfado y actitud de lucha, gritando y sacando la lengua de forma amenazadora y que desde luego me impulsaba  a echar a correr como alma que lleva el diablo por mucha bienvenida con que me estuvieran acogiendo.
Aunque desde el cómodo sillón vía satélite me inclino a pensar en la posibilidad de que después de este derroche de energía no necesitaran de otros ejercicios menos lúdicos para eliminarla.
Un apunte que me sirve como comienzo para lo que estos días ronda en mis lecturas.

La victoria imperfecta sobre la agresividad del primate que nuestra civilización sigue intentando someter con armas tan prodigiosas como los libros y las palabras.
Y la facultad fascinante de manipularnos a nosotros mismos para que no se muevan lo más mínimo las raíces de nuestras creencias.

Con lo que sea que se quede el lector de esas dos frases dedíquese un momento a observar atentamente el camino que sigue el ser humano en el mundo y constátelo a su alrededor, las conclusiones, seguro, le llevan hacia la renuncia y el enclaustramiento ante tanta vacuidad. En caso contrario deje de leer inmediatamente, sabe usted suficiente para ser feliz.

La fuerza que despunta la violencia tribal en ese intento de demostrar el ánimo de lucha en un asunto deportivo, nos fatiga y nos angustia cuando nos la reclama una madurez ciudadana para la gestión activa donde bailar el Haka se convierte en un imposible, tanto, que llevar a cabo las acciones para exigir aquello que es nuestro derecho nos superan.

Ante la corrupción que nos atenaza, las dificultades para razonar, los excesos a los que tenemos acceso, la confusión que nos invade, podemos sorprender el movimiento de la vida en cada minuto que muere, y lo sorprendo en la fuerza inmanente de mí propio movimiento concentrado en mi misma sin dirigirlo hacía nada ni hacia nadie -como el del agua que corre empujada por fuerzas externas y arrastra cuanto se interpone sin intención de llevárselo pues los mueve en el existir de su propia fuerza concentrada en su propio movimiento-, y conjeturo, e incluso conjuro y preparo este ensalmo, en que haciendo uso de la honestidad que me hace bien, de la simplicidad hacia mis necesidades, de la sobriedad en lo que necesito, de la serenidad para elegir, podría cantar un Haka de hospitalidad amenazante.

Orden interior en la sencillez para conseguir el orden exterior en la proyección de mi actividad, en la autonomía ante mi propia gestión, en mi responsabilidad para con los otros, en mi análisis al liderazgo de quién lo ostente, destronar ese ostensible déficit cívico y reforzar la conciencia de grupo, vivir despacio e invertir en la calidad y en la creatividad del instante, disminuir compromisos y ceder el triunfo de la productividad a la ventaja del descubrimiento.

Quizá vivir sea esto.







Sumamente interesante, importante reflexionar y razonar este Decrecimiento de Carlos Taibo, profesor de la Universidad Autónoma de Madrid, que me ha pasado Shandy.


miércoles, 6 de abril de 2011

En teoría


Vectores de velocidad de las placas tectónicas obtenidos mediante posicionamiento preciso GPS

“La inmensa mayoría de terremotos sísmicos se producen en los bordes de las placas ”Las circunstancias del clima y de la historia han hecho concentrarse una buena parte de la población mundial en las regiones más sísmicas de los continentes… junto a los límites convergentes  Donde la placa oceánica se hunde bajo la placa continental o se comprimen y chocan, es el cinturón orogénico, el borde activo.”

La tectónica de placas es una “teoría” referente a la formación y los movimientos de capas frías de la tierra sobre el manto fluido interno del planeta, se sabe que se desplazan a una velocidad igual a la que crecen las uñas de nuestras manos (2,5 cm/año)*.
Y con estas teorías deducimos cómo se forman las cadenas montañosas, qué provoca los terremotos, cómo funcionan los volcanes, y algo sobre las fosas oceánicas.
En teoría.

Con estas especulaciones se ha supuesto que funcionan como una cinta transportadora, va creciendo por los bordes divergentes de las dorsales oceánicas y desapareciendo en el manto por los bordes convergentes de subducción.
Y a esto hay que sumarle la teoría de la deriva continental, que se sospecha puede ser debida a “las diferencias en las fuerzas gravitacionales, arrastre, succión o subducción”, o quizás “las diferentes fuerzas que se generan con la rotación de la tierra, y las fuerzas de las mareas del sol y la luna”; y también hay que contar con la teoría de la expansión del fondo oceánico.

Teoría tras teoría es igual a mucha teoría.
Ahora veamos como nos comportamos en otro contexto elegido al azar entre la cantidad de ejemplos que generamos, sobre todo pensando en que una se vuelve estúpida cuando deja de estar apasionada (de Helvecio).


Skylon, futuro vehículo espacial europeo



Llegó la Guerra Fría, estamos en 1945, con su espionaje y propaganda, y en tanto se desarrollaba la tecnología para los viajes espaciales se construían los misiles balísticos intercontinentales. Hizo falta una guerra para que el invento de Goddard se vinculara a las ambiciones militares y saltará a la palestra como artillería de largo alcance. En resumen, constituyó un indicador de la capacidad tecnológica, económica y superioridad ideológica de dos potencias que querían ser súper.

El lanzamiento soviético del Sputnik 1, el 4 de octubre de 1957 –en plena recuperación tras una guerra devastadora, ¿se entiende que solo les importara lograr ser primera potencia mundial?- dio comienzo la carrera espacial entre la rivalidad de estos dos países. El miedo hizo acto de presencia con todos los honores. Ambos se dedicaron a sacar pecho y a ver quién escupía más lejos.
Después llegó el Explorer norteamericano, y nombraron el Año Geofísico Internacional, y consiguieron grandes descubrimientos de la atmosfera exterior. Y el alunizaje, en una conversación con el director de la NASA, Kennedy dijo:
“Todo lo que hagamos debería estar realmente vinculado a llegar a la Luna antes que los rusos... de otra manera no deberíamos gastar todo ese dinero, porque no estoy interesado en el espacio... La única justificación (para el coste) es porque esperamos ganar a la URSS para demostrar que en lugar de estar por detrás de ellos por un par de años, gracias a Dios, les hemos adelantado.” (De una grabación de la John Fitzgerald Kennedy Library)

La N.A.S.A. trabajaba con un presupuesto de 5.000 millones de dólares por año, la Unión Soviética con 4.000 millones de dólares por año. Este mano a mano duró 18 impresionantes y lindos años, gracias a Dios.

Hoy día nuestro espacio exterior está poblado de grandes artefactos que vigilan, experimentan, comunican…
Entre los beneficios obtenidos por estas investigaciones contamos con la comunicación electrónica, alimentos desecados y precocinados, ropa que permanece seca, gafas de esquí antiniebla, datos sobre clima, vegetación y movimientos humanos, medición remota, control de vehículos, control robótico, y los dos programas espaciales militares tripulados, (la basura sideral la dejaremos para otro momento).
Además de la posibilidad de una nueva carrera espacial entre empresas privadas por el turismo interestelar (este sería un buen momento porque con las vistas no iban a vender muchos billetes).
Todo muy importante y muy interesante pero que sin nosotros los consumidores no sirven para nada.

En teoría, deberíamos proponer una guerra lo suficientemente ambiciosa para que los militares se interesaran por el personal que les da el por qué y les consume, en suma, esa patria que defender por aquello del que el interés motiva, y echasen mano de su astucia para susurrar a los políticos que asesoran, lanzándose a una carrera por ver quién consigue primero el equipo técnico y material necesario para evacuar a cualquier país en cualquier parte del mundo en el menor tiempo posible, antes que las hecatombes naturales les dejen sin nada que salvaguardar. Donde gastasen cantidades indecentes de euros en microchips, robots, satélites, naves, y todo aquello que pueda ser aplicado a detectar, evaluar, detener, y poner en marcha un protocolo con suficiente antelación a cualquier desastre natural terrestre para poner a salvo a la población, a toda la población. No habría soldado en el planeta al que no se le tratara con honores de general, y a este, ni te cuento.

Quizá diseñar ciudades en los puntos estratégicos menos destruibles, o edificaciones que se alzasen en el aire lo suficiente para no ser arrasadas por el tsunami o terremoto de turno, o naves súper-potentes que con la diligencia y eficacia militar que nos caracteriza, recogieran a todo ser viviente minutos antes de ser masacrados en cualquier lugar del planeta. Se puede consultar desde Cyrano de Bergerac, pasando por Isaac Asimov hasta nuestros más creativos contemporáneos… claro que hacer esto en un mundo donde millones se mueren de hambre queda un poco chabacano.

Ya que van a punta de moral y honorabilidad, seamos listos miremos de frente la realidad, y tras observar durante años qué mueve a quién pues juzgar es sentir, utilicemos lo que sabemos y pongámosles la zanahoria delante. Si el altruismo no va a ponerse de moda y el humano solo piensa en sí mismo, “se destaca por su mala fe, el deseo de no ver lo que no le conviene y el arte perverso de reescribir la historia en su beneficio exclusivo (de nuevo Helvecio)”, seamos consecuentes antes de acabar aglutinados en el magma donde se inició este planeta, antes de tiempo.

Al menos en teoría.




* Según Read HH, Watson Janet (1975) Introduction to Geology. New York: Halsted. pp. 13-15.

martes, 15 de marzo de 2011

Celebraciones


El condor
Posee una envergadura de 1,30 x 3,50 m en pleno vuelo



A la mayoría de las personas nos resulta tremendamente fatigante alterar las creencias radicales y las costumbres profundamente arraigadas y terriblemente condicionadas en que se desarrolla nuestra vida en sociedad, dejarse llevar por la obediencia a normas y modelos culturales nos asienta en ese conformismo en el que parece amansarse nuestra vida.

Si estamos dedicando un día especial a algo es que ese “algo” aún no está normalizado, de lo contrario, hemos convertido en cotidiano y usual únicamente el festejo. Aunque algunas celebraciones o conmemoraciones son recordatorios de sucesos de los que debemos aprender y no olvidar jamás, la mayoría de ellas las celebramos sin saber muy bien qué festejamos.

Las usuales por repetidas han pasado a ser obligaciones, como por ejemplo la onomástica, deprimente el ir contando los años que pasan y obligándote a calcular los que te van quedando, la navidad o las vacaciones de verano que solo consisten en despilfarrar a diestro y siniestro, el día del padre, de la madre o los aniversarios, estas resultarían más fructuosas si les honrásemos a diario, o el de la mujer trabajadora que me ha tocado la moral este año oyéndoles hablar, a lo sumo la hemos convertido en un ideal cutre de la pura y llana realidad.

Se toma algo que debería ser normal se le enfatiza y se le festeja. El día de la mujer trabajadora, a fin de cuentas la mujer ha trabajado desde que el mundo es mundo, como recordatorio a las víctimas en su lucha por conseguir ser reconocidas como seres humanos con todos los derechos, y en igualdad de condiciones al hombre trabajador, es una de las celebraciones que deberíamos cuidar de no aclamarlas solo con ese sentimiento de “seguir luchando” por un derecho al que ya se le ha dotado de legitimidad. Es un asunto tan normal como el de tener una vivienda digna.

En 1890 las mujeres ya constituían el 17% de la mano de obra asalariada norteamericana, un porcentaje integrado por solteras, viudas o abandonadas, que eran consideradas de rango social inferior.De esto, y sin darle más vueltas de las necesarias, deduzco que tienen bastante razón quienes afirman que fue la mujer trabajadora, la de toda la vida, quién creó la liberación de la mujer y no al contrario.

No es de recibo seguir analizando desde una perspectiva de género la presencia y la participación activa de las mujeres a lo largo de la historia, porque no ha dependido de ella que cambien las necesidades sociales sino de la sociedad en masa, ese cambio en las nuevas formas de habitabilidad de los cuerpos de la que habla Judith Butler, no es tan solo aplicable a la sociedad que no vive en un cuerpo femenino, sino a todos los sexos, a todos los colores y a todos los sentires y pensares. Una situación compleja sí, pero que solo hay que razonarla.

El estallido feminista de finales de los sesenta constituyó una toma de conciencia colectiva de lo que estaba ocurriendo en el entorno, el sueldo de un hombre no llegaba para sustentar una familia, las duras inflaciones, las crisis empresariales, revoluciones y cambios de producción, atacaron con crueldad –como tienen por costumbre- a las bases del sostén de toda sociedad: la alimentación, la protección de su miembros, el refugio y la transmisión de conocimientos, (lo que hoy llamamos pilares básicos del estado de bienestar).
Estos hechos marcaron el comienzo de los profundos cambios familiares y sociales que hoy día siguen imparables, y el imperativo marital y procreador dejaba de tener sentido por algo tan simple como una relación entre costo-beneficio familiar y social.

Las familias rurales progresaban más cuántos más hijos llegasen, en tanto crecían en número crecían en riqueza, pues desde pequeños contribuían a la producción y autosuficiencia familiar generando así el beneficio que amortizaba su crianza.
Las familias urbanitas con muchos hijos se hundían, el costo por hijo aumenta con los años ya que los beneficios son a largo plazo y no siempre recuperables, al fin representan un déficit que dura toda la vida.

No se trata de que los hombres sean terriblemente comprensivos con la situación de la mujer, ni de que las mujeres se hayan revelado con la furia de la razón contra sus opresores, solo es una cuestión de acomodo a una sociedad que evoluciona hacia un nuevo imperativo, la necesidad de adaptarse a un medio de subsistencia que cambia cada día, y la búsqueda de la conciliación con la manera en que sus integrantes deben organizarse para adaptarse a unos tiempos de evolución distintos.

Aprendamos a celebrar lo conmemorable y no tomemos lo que ha de ser normalidad por privilegios festejables. Sobre todo las mujeres.