Este año ha sido un año especialmente duro y lleno de cambios, no siempre
buenos.
Para la gran mayoría bastante malos.
He echado un montón de menos escribir.
Querido 2013 aquí estoy para
despedirte con alegre música y unos cuantos pensamientos de estos antepasados ricos
de espíritu.
“…Sencillamente,
soy trasladado al ritmo propio del trabajo y, en el fondo, no domino en ningún
caso su ley oculta. Los hombres de la ciudad se maravillan a menudo de este
largo y monótono quedarse solo entre los campesinos y las montañas. Sin embargo
esto no es ningún mero quedarse solo; pero sí soledad. En verdad en las grandes
ciudades el hombre puede quedarse solo como apenas le es posible en ninguna
otra parte. Pero allí nunca puede estar a solas. Pues la auténtica soledad
tiene la fuerza primigenia que no nos aísla, sino que arroja la existencia
humana total en la extensa vecindad de todas las cosas.”
Martin Heidegger - ¿Por qué permanecemos en la provincia?
“Mientras los
demás hombres se arrojan en medio de la multitud, para no conocerse o más bien
odiarse, el sabio huye del gran mundo y busca la soledad ¿Por qué no se
complace consigo mismo o con sus semejantes? Porque su alma es un espejo fiel
en el cual su justo amor propio halla provecho en contemplarse. Quien es
virtuoso, no tiene nada que temer de su propio conocimiento, si no es el
agradable peligro de amarse.
A los ojos de
un hombre que mirara la tierra desde lo alto de los cielos, toda la grandeza de
los demás hombres se desvanecería, los palacios más soberbios se transformarían
en cabañas y los ejércitos más numerosos se parecerían a un tropel de hormigas
luchando por un grano con la furia más ridícula. Pues así ve las cosas un sabio
como vos, el cual se ríe de las vanas agitaciones de los hombres, cuando
multitud de ellos siembran la Tierra de confusión y se atropellan por nada, con
lo cual es justo que ninguno esté contento.”
La Mettrie – El hombre máquina
“Bien
comprendió el imperio de la fuerza de la costumbre el que primero forjó el
cuento siguiente: una aldeana estaba habituada a acariciar y a llevar en brazos
un ternerillo desde el momento en que salió del vientre de la vaca, y de tal
modo se hizo a ello, que cuando el animal se convirtió en buey, todavía lo
conducía entre sus brazos. La costumbre es al par maestra violenta y traidora.
Ella fija en nuestro espíritu, poco a poco y como si de ello no nos diéramos
cabal cuenta el peso de su autoridad, y por suave que sea la pendiente por
donde descendamos ocurre un día que ha dejado bien sellada su huella en nuestra
naturaleza. Vémosla de tal modo violentar siempre las leyes de ésta, que cuando
menos lo pensamos nos descubre un rostro tiránico, que carecemos de fuerzas
para mirar de frente…”
Michel de Montaigne - Ensayos de Montaigne, Libro I, De
la costumbre y de la dificultad de cambiar los usos recibidos
“Hay que
comprender que entre los deseos, unos son naturales y los otros vanos, y que
entre los deseos naturales, unos son necesarios y los otros sólo naturales. Por último, entre los deseos necesarios, unos son necesarios para la felicidad,
otros para la tranquilidad del cuerpo, y los otros para la vida misma. Una teoría
verídica de los deseos refiere toda preferencia y toda aversión a la salud del
cuerpo y a la ataraxia (del alma), ya que en ello está la perfección de la vida
feliz, y todas nuestras acciones tienen como fin, evitar a la vez el
sufrimiento y la inquietud. Y una vez lo hemos conseguido, se dispersan todas
las tormentas del alma, porque el ser vivo ya no tiene que dirigirse hacia algo
que no tiene, ni buscar otra cosa que pueda completar la felicidad del alma y
del cuerpo. Ya que buscamos el placer solamente cuando su ausencia nos causa un
sufrimiento. Cuando no sufrimos no tenemos ya necesidad de placer.”
Epicuro – Carta a Meneceo
“El propio
resentimiento del hombre noble, cuando aparece en él, se cumple y agota en un reacción
inmediata, y por eso no envenena: por otro lado, en incontables casos no
aparece, mientras que en todos los débiles e impotentes es inevitable. No poder
tomar en serio por mucho tiempo a los propios enemigos, los propios accidentes,
incluso las propias atrocidades..., este es el signo de las naturalezas fuertes
y completas en las que hay un excedente de fuerza plástica, reproductora,
reconstituyente, una fuerza que también hace olvidar (un buen ejemplo de ello, extraído
del mundo moderno, es Mirabeau, que no guardaba memoria de los insultos y las
infamias que se cometían contra él, y que no podía perdonar simplemente porque…
olvidaba). De un solo golpe, un hombre así se quita de encima muchos gusanos
que horadan a otros; y solo aquí es posible (suponiendo que sea posible sobre
la tierra) el auténtico amor al enemigo”
Friedrich Nietzsche – La genealogía de la moral
“You yourself are
participating in the evil, or you are not alive. Whatever you do is evil for
somebody. This is one of the ironies of the whole creation.”
Tu propio yo
participa en el mal, o no estarías vivo. Hagas lo que hagas estará mal para
alguien. Es una de las ironías de la creación.
Joseph Campbell - The power of Myth
Fotografias: Greyfrairs Garden - London, UK
4 comentarios:
Dicen que recuperar la memoria es enterrar a los muertos: te hacía en otra situación y te dejé de leer quizás por falta de paciencia (y por exceso de herrumbre en mi cabeza).
Quizá por el concepto de rosa ultramontana que (creí que) me diste te pensé inmune, pero imagino situaciones y siento algo parecido al vértigo o la náusea,¿por dónde andas?
Mi querido Carz, ando, todavía.
Tal y como me dijiste aquella vez tenía que perder control. Con lo conocido me fue imposible.
Elegir estar a solas conmigo no representaba ningún desafío así que decidí la soledad cosmopolita, aunque, ni he acabado aislada ni sufriendo.
Aquí estoy tan maravillada de la pequeñez del ser humano que aún no he podido cerrar la boca.
Pienso y hago, hago lo que pienso, no consigo hacer costumbre de nada, soy inmunea mi propio sufrimiento. Aunque mis deseos siguen siendo los mismos estoy dejando de tomar en serio muchas cosas, me gusta pensar que en el fondo no soy tan buena como parezco.
Vivo en Londres, enferma pero sana, rodeada de gente tan sana que parece enferma.
Y tú ¿dices ser impaciente, tener vértigo o nausea? Ambas con razón, sé muy bien que tu cabeza brilla como el acero de tanto usarla (aunque suene demasiado higiénico para un creativo) ¿por dónde andas?
Dicen que ando lejos de cualquier camino, pero es mentira:sigo en casa.
Sánate y no enfermes por el camino ni seas inmune a tu propio sufrimiento: el absurdo ¿tiene algún sentido?
Un gran abrazo.
Ya lo creo que lo tiene.
El ser humano es un absurdo. Somos un cúmulo de energía que nos hace creernos dioses; y eso es lo que nos da sentido.
Un beso
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