Hyde Park de Londres
Mi misión es matar el tiempo y la de éste matarme a su vez. Se está bien entre asesinos.
Emile Michel Cioran
Todo empieza a estar más claro en esta etapa desde mi rincón en soledad y silencio. En un ambiente de eremita puedo permitirme el lujo de comprender lo que ha estado pasando, aunque no lo entendiera cuando sucedía.
Al proponerte recopilarlo paso a paso solo recuerdas momentos que aparecen de repente, los revives tan claros como cuando sucedieron pero al intentar relatarlos se convierten en instantes difíciles de relacionar. La memoria selecciona, da por buena una versión rechazando las partes inquietantes y nunca te deja segura de que aquello que rememoras sucedió de ese modo.
Es un ejercicio que compensa grandemente, te descubre que tienes rutinas incrustadas en el cerebro con demasiadas cosas y costumbres que carecen de sentido. Pierdes miedos y deshechas las alertas y empiezas a llegar a conclusiones sombrías, tan nefastas como la de haber asumido que no se pueden tomar otros caminos que no sean los establecidos, necesitas ser consciente de este hecho, porque entonces podrás moverte en el único lugar donde existen las salidas.
Las manifestaciones que continuamente se repiten en todos las esferas públicas y privadas de una vida, en las que acabas creyendo a ciegas, te llevan a aceptar las nociones adiestradoras para competitivos miembros socializados. Te enseñan que si quieres pronunciarte debes establecer una guerra, que si deseas modificar tu trayectoria no podrás usar sus raíles, que si pretendes vivir de otra manera tendrás que salir fuera de los límites seguros.
Hace algún tiempo leí una frase en una revista de restauración que me dejo estupefacta y sonriente: “…tan solo el marisco discrimina y divide y le dice a cada comensal con algo de crueldad y sin pelos en la lengua, cuál es su segmento social, a qué clase pertenece”*.
Supuse que si dejaba mi escalafón solo podría comer marisco si antes iba a pescarlo, pero una vez has entendido qué es lo que te mueve y qué es lo que necesitas con todo rigor, comprendes que ni has de entablar una guerra, ni salirte del raíl ni huronear fuera de los límites para asumir tu propia vida.
Toda esta rebeldía pacífica que invade mi vida, esa desvinculación que pretendo con la sociedad socialista de miserias y el capitalismo enloquecido y voraz auspiciados por la democracia, me provee como base el encuentro conmigo misma y ambiciono “lo que es justo de acuerdo con el orden del alma, no con el código civil”.
No debo y no soy prudente, ni en nada tibia ¿de que otra forma el placer sería mi fin? Y si para colmo su búsqueda también es un placer me alía con mi tiempo.
Hasta tal punto está pervertida la cultura que, en lugar de contestar a mis preguntas sobre el camino que busco, me da una multitud de respuestas opuestas a esta autenticidad de la lógica que empiezo a conseguir. Produce ese aturdimiento de la primera vez que entras en una pista de hielo, no sabes cómo colocar el cuerpo y afirmar el pie para no resbalar, pero te deja imaginar el gozo una vez aprendas a deslizarte.
Todo está saliendo como tenía planeado, incluso algo mejor. Este mes también será duro, se hace necesario esperar algunas respuestas. Dispongo de tiempo y de tranquilidad.
*Artículo de José Manuel Vilabella
16 comentarios:
Los límites seguros, a estas alturas y edades, querida Gaia, ya sabemos que no existen. Y el que aún lo crea, o tiene un status que no quiere perder, o le queda bastante por aprender.
La prudencia es necesaria en muchos casos, en otros es un lastre que no nos lleva a ninguna parte. El ancla nos amarra y ni con el primer tiempo ni con el segundo, salimos a flote.
Veo que tus planes van saliendo, la serenidad es importante...¿cómo es esa frase (de las tantas lúcidas) oriental: "Siéntate a la puerta de tu casa y verás pasar el cadáver de tu enemigo"...o algo así?
Besitos, ahora voy a oír la música...con tranquilidad y tiempo.
Virgi has resumido en cuatro frases todo el sentido de lo que he escrito.
Es muy emocionante ver moverse ese ancla entre las rocas que la retienen, la paciencia oriental es una verdadera aliada.
Es muy especial esta interpretación de las Variaciones Rococo de Tchaikovsky, espero que te haya gustado. Me lleva del ensueño a la inquietud para, al final, elevarme en un suspiro.
Un abrazo
Paralelo a lo que dices, leí que hace milenios, los "humanos" se hicieron más inteligentes exponencialmente, cuando empezaron a comer mariscos.
Que alguien sepa comer abulón, erizo de mar, quisquilla, la cabeza del langostino y buey de mar (los cinco) es muy difícil.
Los spaguetti dicen mucho más: el que pone la cuchara debajo del tenedor, el que los parte con cuchillo, el que los muerde y deja caer en el plato con la boca llena, el que les da vueltas con el tenedor y luego los alza, el que los chupa y se arrima al plato, el que busca el queso y/o carne, el que pide más queso rallado y/o tomate, el enterao que explica lo que es "al dente", el pesao que recuerda no sé qué camping, el que no para de limpiarse el morro viendo al resto, etc.
Respuesta: Cuanto más larga es la pasta, más suerte te da; la dificultad estriba en medirla y cortarla antes de llevarla a la boca. Qué rollo!
Ayer por la noche cae en mis manos el Sutra del Loto, hoy después de que algo quedase integrado dentro de mí, sigo contigo leyéndote esta mañana, todo está relacionado dentro de un todo. Y coincido en tu sentir de que es muy gratificante, gracias querida Gaia.
bixen el marisco es difícil de comer e incluso de pescar, ya no hablemos si encima hay que pagarlo. Sin embargo existen unas pastillitas monísimas transparentes llenas de omega 3, que con toda naturalidad recuperan el déficit humano para no involucionar y sigamos, ya sabes, hacia los hombres-máquina ;-D
Bien dices, la pasta, esa es la mejor respuesta, energética, limpia, digestiva, fácil, y enrollada, te escenifica como se va a comportar el humano/a que tienes delante durante el resto de la velada ¡Buen rollo! ;-P
Lectura difícil mirada. Porque tú has de ser la tierra que fertilizas, tú la primera en descubrirte, y tú la única capaz de manejar tu energía y con ella tu vida.
Cualquier maravilla de la que oigas está en ti, ni la entregues ni la ignores, solo vívela.
Gracias también.
Hay muchos mundos, pero están en este: el estado de cosas y la valoración social por la cantidad que de ellas poseemos o consumimos es el más miserable de los planos en que la vida humana se desarrolla. Esto no quiere decir que podamos aislarnos plenamente del plano material, pero si comprender que hay planos en que somos intocables.
Hay un mundo para cada uno: una perspectiva personal -no soy un listillo, pienso mientras escribo y no estoy muy seguro de lo que digo-. Abrazos.
El otro día, la hija de veinte años de un amigo y que ahora se va a París durante un año con una beca Erasmus, me decía que una cosa que le molesta de la política es que por más que se quiera no se puede vivir sin ella.
Le respondí que sí, que se puede vivir sin política, lo único que debe de hacerse es dejar de vivir en comunidad, pues la política es, precisamente, la gestión del poder, y que ese era un problema muy antiguo, los anacoretas abandonaban la ciudad por esa razón, para liberarse de la política y de los impuestos de paso que se libraban de la gente, no hay una cosa sin la otra, ni tampoco sin las pensiones de jubilación ni las prejubilaciones que todo el mundo anhela le den a los cincuenta años. Si quieres tener becas Erasmus y que te prejubilen, le dije, deberás vivir con la política y, por consiguiente, en comunidad.
Saludos.
Muchos mundos para solo una vida.
Piensas y sabes bien lo que dices mateosantamarta, éstas no son cosas de listillos sino de pensadores.
Podemos aislarnos, claro que podemos, otra cosa es que queramos hacerlo cuando comprendemos a cuánto hay que renunciar.
Un abrazo
Las becas Erasmus y la prejubilación se obtienen después de haber vivido en un sistema deprimente. Horarios, estatutos, reglamentos buenos para respetarse en una comunidad, pero que los abusos burocráticos los convierten en un sistema de restricción y de dominación, por mucho que mi querido El peletero hagamos ver que es un buen sistema.
La vida en la cárcel de la comunidad deriva en la limitación de la movilidad con un sueldo mileurista, diferencias abismales entre lo que te ofrecen y lo que puedes obtener, despersonalización por acciones repetitivas que acaban por hacerte vivir un día 365 veces en vez de 365 días al año, lucha por la supervivencia en un mundo hecho para los hombres, los jóvenes y los fuertes… y lo peor, la mayoría queda atrapada en el tiempo y les deja obsoletos para adaptarse a la rápidez de los cambios.
La hipotética prejubilación del convicto tiene el mismo final que la vida del ermitaño “pensar, soñar, meditar… la vejez tiene sus bellezas” (decía Hedda Sterne en su estimado Blog EL peletero/La sargantana 34), en todas sus hazañas para cubrir las necesidades básicas junto con la belleza, el placer y la paz interior que ha ido consiguiendo en ese vivir.
Saludos
“La vida en la cárcel de la comunidad deriva...” Eso siempre ha sido así, ¿de qué nos extrañamos? Y si siempre ha sido así es lógico suponer que siempre lo siga siendo, ¿qué razones hay para que cambie?, ¿sería bueno que cambiara?
“La hipotética prejubilación del convicto tiene el mismo final que la vida del ermitaño “pensar, soñar, meditar…” Ni mucho menos, no tiene nada que ver una cosa con la otra, son completamente diferentes, se puede ser anacoreta a los veinte años. Ser anacoreta no significa exclusivamente “pensar, soñar, meditar…”, sólo que no se vive en comunidad, con todas las consecuencias, incluidas las sexuales y las fiscales, naturalmente.
Saludos.
Anacoreta, allá por el siglo II y III se le llamaba a aquél que se retiraba para hacer penitencia y orar obedeciendo al mandato de “no ser parte del mundo” (San Juan 15:19). Actualmente la utilizamos para identificar al que vive aislado de la comunidad o rehusa a los bienes materiales…
Meditaba, estimado El peletero, sobre por qué trabajar diez horas diarias para pagarme una televisión de plasma que no puedo disfrutar. Si no trabajo esas diez horas no tendré una televisión panorámica pero habré pasado una maravillosa tarde leyendo Mal de piedras de Milena Agus, o tomando una buena taza de té debatiendo con mis amigas.
Rehusar a los bienes materiales o alejarse de la comunidad no significa dejar de ser feliz o no poder conseguir una vejez pensada, soñada y meditada.
Y decía que mientras el jubilado tendrá un montón de cosas el ermitaño obtendrá un montón de vida para disfrutar durante sus hipotéticas ancianidades (“pensar, soñar, meditar…”).
Saludos
Tiene usted razón, pero también es verdad que la palabra griega, ἀναχωρητής, que da origen, sólo se refiere a “retiro”, es en este sentido, y no en el de penitencia, en el que yo lo uso.
También tiene razón en lo de trabajar diez horas (¿sólo diez horas?, que suerte tiene) para comprarse un televisor de plasma que no podrá ver por falta de tiempo, allá cada cual con su tiempo y su espacio y con lo que le plazca usarlo, no hemos de pensar que nosotros, por elegir leer, somos mejores. Mi comentario solamente trataba de poner en evidencia las contradicciones en las que se incurre cuando se quiere todo, trabajar poco, comprar el televisor de plasma y la super play station, leer, escuchar música, practicar deporte, educar a los hijos, viajar, aprender idiomas, pensar, soñar, meditar, divertirse a la manera convencional, tener cuatro amantes ricos al mismo tiempo y ser sabio.
Cada uno es feliz según su capacidad, porque la buena suerte o la fatalidad, con las debidas excepciones, se busca, es como jugar a cartas, los buenos jugadores ganan con malas manos, nunca se quejan de su suerte.
Saludos.
Quererlo todo “a la manera convecional” es la frase a la que se reduce todo.
Trabajar 10 horas (diarias) es una atrocidad, contando con otras 6 para dormir (forzosas) solo quedan 8 para disfrutar de un mundo tan grande, ¡inadmisible!.
¿Feliz según su capacidad? ¿Hay una capacidad para ser feliz?
Mi estimado El peletero mi “retiro” de lo convencional está más que justificado.
Saludos
Gracias, amiga, por el bonito regalo que haces al recuerdo de Neruda. Me gustaría mucho que siguiese vivo durante esta semana -y luego también-
LO INCLUYO EN EL PRINCIPIO DELA ENTRADA.
Un abrazo!
Un abrazo mateosantamarta
Publicar un comentario