jueves, 16 de junio de 2011

Mammon


El culto a Mammon
Evelyn de Morgan - 1909



El dios al que se rinde culto hoy día. En arameo, riqueza, en hebreo, dinero, en fenicio, beneficio, también conocido como el demonio de la avaricia, riqueza e injusticia. No es extraño pues el fin al que aspira la mecánica del sistema al que obedecemos, trabajo permanente para los obreros y beneficios ilimitados para los propietarios, curiosamente, explotación de unos para la felicidad de otros.


Los economistas, otros dioses a los que la política rinde culto, como buenas echadoras de la buenaventura, anuncian sin ruborizarse sus predicciones siempre fallidas. De manera que esa armonía de la que tanto hablan sobre lo que tiene que ir mal para que lo demás vaya presumiblemente bien, sus retóricas sobre estabilizaciones que acaban en impecables subidas del nivel de vida, están provocando cada vez más paro, pobreza, delincuencia y demografías desastrosas, logrando que los que andábamos mal vayamos camino de peor. 
Vamos, que el valor de la vida humana socialmente está por los suelos, no digamos el de las personas.

Este podría llamarse el  Gran Siglo de los Desencantados, del “no se puede hacer nada”, de los pesimistas que hablan de perder los privilegios de nuestra era volviendo a las cavernas.
¿Es posible hacer que la economía sirva a las personas en vez de éstas a ella? Por supuesto.
Ya se ha derramado tinta tratando esta cuestión, Proudhon por ejemplo, y Marcuse, por no irnos hasta Aristóteles.

El pensamiento dominante es directamente proporcional a aquello en que se basa la economía capitalista, o sea, el mercado libre y la competencia, división del trabajo, sometimiento de una clase a los intereses de otra… en otras palabras, la economía se ha convertido en una religión, con todas las connotaciones que ello implica, aunque nos lleve al cadalso la fe es ciega.

Somos demasiados para que en una vida tan corta podamos pertenecer alguna vez a la élite de la minoría opresora. Ser conscientes de pertenecer a la masa para siempre excluida del beneficio de disponer de tiempo para disfrutarlo en libertad, es un paso obligado para llegar a comprender cómo funciona nuestro entorno y tratar de mejorarlo.

¿Con qué contamos? Tiempo, energía, fuerza, libertad, que no nos sirven para apostar en los flujos monetarios que reparten la riqueza, a lo único que logramos acceder es a acelerar o desacelerar el movimiento desde fuera de manera que solo optamos a una parte de dicho flujo, del que únicamente nos está permitido sacar suficiente fuerza y energía para soportarlo, en detrimento de nuestro tiempo y nuestra libertad.

Poner a la economía en su sitio requiere de una autocrítica del pensamiento social, de un acto de contrición, y que contiene varios puntos a discutir. Dos de ellos para empezar:

“Primacía del humano sobre la mercancía, para ello la economía no deberá desarrollarse a pesar de las personas, ni contra ellas ni su bienestar. ”

“Primacía del ser sobre el tener, o dicho de una forma más directa, se hace necesario el desmontaje de todo trabajo que necesite de máquinas descerebradas y del desencanto del mundo.”

Sistema capitalista, si ¿por qué no?. Aprovechemos su parte buena, este sistema permite adquirir mejoras sustanciales en el bienestar general, bien, desterremos sus desventajas, la desmoralización, el desaliento y la pobreza de quienes las realizan.

Nietzsche afirmaba que todo aquel que no dispone de dos terceras partes de su tiempo en total libertad para su uso personal, es un esclavo.


12 comentarios:

El peletero dijo...

Las buenas intenciones, apreciada Gaia07, pueden y deben ser el inicio del camino, pero no su final si no queremos estar constantemente inventando la sopa de ajo, pretensión adolescente y estúpida que ignora que la famosa sopa ya está inventada. El mundo es viejo y aunque en él caben todavía cosas maravillosas es necesario conocer el camino recorrido para no volver a cometer los mismos errores. Desgraciadamente siempre se cometen los mismos errores.

Ayer le decía a una bloguera amiga que en el mundo hay tres virtudes más escasas que el oro, la inteligencia, la bondad y la belleza. Las demás las podemos encontrar en diferentes medidas y cantidades, pero estas tres no.

No hay diferencia entre el ser y el tener, se es lo que se tiene y se tiene lo que se es, como un rostro, peso, altura o años, también dinero o la falta de él, conocimientos o ignorancias, la salud o la enfermedad, hijos o nietos o ninguno de los dos. Las personas y las cosas que te envuelven te hacen ser de una manera u otra, o, en todo caso, tienes los que tienes porque eres de una determinada forma. Lo importante es la relación que mantenemos con las cosas y las personas.

Hay algunos experimentos que sólo deben hacerse con gaseosa, no hay que hacer juicios de valor ni aceptar que nadie se atribuya la representación de otros si no ha recibido un mandato expreso y público a través de unas normas consensuadas.

Saludos.

gaia07 dijo...

Inteligente, bondadoso y bello El peletero, a veces encuentra más el que sabe mirar que el que solo ve, (aunque me ponga usted el apelativo de alma cándida).
Pensemos primero en empezar. Con lo que nos enseñó la experiencia podemos desterrar lo que no nos beneficia, y ya veremos si hay final, o lo que es más lógico, un continuo cambio del que siempre hay que estar pendiente.

Esa “relación importante” es la que ha de valorarse a la hora de diferenciar el ser del tener, y no la del “tanto tienes tanto vales”.

Esto debieron decirle los contemporáneos de Copernico, de Galileo Galilei y de otros muchos: “ los experimentos con gaseosas”. Menos mal que no se dejaron avasallar por los mandatos expresos de quienes gobernaban por derecho divino.

Saludos y encantada ;-D

virgi dijo...

El desencanto me lleva a pensar (aún no a creer, me queda un trocito de ingenuidad juvenil, debe ser) que a esos dos principios ya se les ha dado la vuelta completamente.

Y según N. todos somos esclavos...¡vaya! nada más levantarme esta noticia...¿quién dispone de esos dos tercios?...
Calculando me quedo.
Te dejo un abrazo, querida Gia.

El peletero dijo...

Apreciada Gaia07, no me pongas como ejemplos casos de científicos porque a ellos y a sus circunstancias no me refería porque ellos sí hacen los experimentos con gaseosa, hablaba de experimentos sociales, con personas, que parten de premisas equivocadas y quiméricas sobre la condición humana.

En el sentido en como la usas: “tanto tienes tanto vales”, tienes toda la razón y no hay nada que añadir a ella, por supuesto, pero hay que ir un poco más allá de la frase hecha, darle una vuelta de tuerca más: ¿cómo has conseguido lo que tienes?, ¿por herencia, robando, por haber inventado la rueda?, entonces es verdad, en cualquiera de los tres casos, que lo que tienes te valora y te hace ser lo que eres: un pusilánime, un ladrón o un inventor.

Saludos.

gaia07 dijo...

Yo diría que lo que queda ahora, tras la vuelta completa, es llevarlos a la práctica.

Es primordial, calcular y pensar en ello.
Un abrazo, estimada Virgi

gaia07 dijo...

De acuerdo El peletero, descartemos estos científicos como experimentos sociales.
Deduzco entonces que la condición humana no dispone de capacidad de actuación entre sus necesidades y su ética, que no somos capaces de razonar hasta que punto hemos de cubrir cualquier carestía sin atacar nuestra moral, ni tampoco la de conseguir una transmutación de valores. Visto así, la condición humana social carece de conciencia.

Vamos a darle dos vueltas de tuerca, si la condición humana se basara tan solo en los pusilánimes y en los ladrones tendría que darte la razón, pero no es así, las premisas equivocadas y quiméricas son de aquellos que no creen en la capacidad de las personas para cambiar el sentido de su condición humana.

Saludos

El peletero dijo...

Las premisas equivocadas son aquellas que confunden a las personas individuales con los grupos de personas que, fuera de las tendencias estadísticas, no existen.

La cuestión es importante en términos políticos pues nadie debe atribuirse la representación de nadie si no la ha recibido de una manera expresa y formal, es decir, legal, es decir, pública, es decir, a la vista de todos y con garantías.

Los cementerios están llenos, como el infierno, de buenas intenciones, se ha matado a millones y se seguirán matando a millones en nombre de la bondad.

Y sí, por supuesto que sí, el mundo está en manos de los idiotas, de los malvados y de los feos, ¿por qué cree sino que cuesta tanto edificar un mundo justo?

Lo gracioso y triste de la cosa es que los idiotas, los malvados y los feos no están todos en el mismo bando, es una paradoja, pero es así.


Saludos.

gaia07 dijo...

Hablamos de individualidades entonces. Nadie puede tomarse la representación de nadie ilegalmente porque ni el sistema político ni el social lo permiten. Los cementerios están llenos de toda clase de intenciones, cada cual es libre de morir por la que quiera.

Hace unos siglos, que cualquier persona tuviera derechos era impensable, hoy se pueden exigir para todos. Se seguirán cambiando los valores, incluidas o no las premisas equivocadas y juicios de valor sin verificaciones prácticas.
La mayoría de las veces las personas han realizado prodigios a partir de que algo que se efectuaba con normalidad se empezara a considerar como un “problema”.

Saludos

mateosantamarta dijo...

Oh! Horrible: después de construir un comentario sólido el error 503 se lo comió.
Venía a decir que seguramente hay personas que aspiran siempre al Reino de Utopía y otras que aspiran siempre al reino de la cosa mía. Personalmente creo que estos últimos están llevando al mundo a un lugar de no retorno y poniendo en peligro la propia vida. La avaricia no da la felicidad, sino insatisfacción para el que la ejerce y carencias básicas para quienes la padecen. Nuestros políticos, banqueros y oligarcas de todo tipo han elegido a ese Mammon al que yo prefiero llamar Becerro de Oro: falsos valores que ni les dan felicidad ni tranquilidad. Yo creo que hay Infierno, Tierra Y Cielo y que cada uno ocupa un lugar en función de la materia con que recubre su alma. Principios de la física elemental.
Un abrazo.

gaia07 dijo...

Estimado Mateosantamarta hay que contar con esos errores, no hay más.

Entre los unos y los otros estamos los demás. Los que nos conformamos con vivir y dejar vivir en paz, sabiendo que nuestro límite para todo está donde empieza el de los demás, y que bajo ningún concepto podemos presionar con estos límites.

Estar, están los tres, y todos aquí, por lo que deberíamos tener muy en cuenta en quién o quiénes ponemos la batuta para marcar el paso.
Un abrazo

Shandy dijo...

Estimada Gaia, necesito una inyección de optimismo. Necesito creer en el individuo, pero es indudable que, como dice El Peletero, en estos momentos el mundo está en manos de los idiotas, de los malvados y de los feos. No se si viste el documental Inside job, tan clarificador como estremecedor:
http://yoyepunto.blogspot.com/2011/05/inside-job-en-espanol.html

En un artículo de Santos Julia, Desalmado capital, se hacía referencia a él:

http://profesordeeso.blogspot.com/2011/06/desalmado-capital-santos-julia-son-los.html

Como individuos podemos tomar conciencia y no seguir contribuyendo con nuestras actitudes a mantener este sistema, pero necesitamos también políticos valientes que planten cara a los mercados y poderes financieros. Y, como se pregunta, Santos Juliá y Carrillo: ¿Quién le pone el cascabel al gato?

http://www.elpais.com/articulo/opinion/Quien/le/pone/cascabel/gato/elpepiopi/20110604elpepiopi_4/Tes

Un abrazo.

gaia07 dijo...

Apreciadísima Shandy al “Desalmado capital” le faltan y le sobran muchas cosas. Sin espíritu de resistencia que se le oponga tiene su continuidad a salvo, el siguiente paso es una política totalitaria y dictatorial de mercado.
A los deshauciados solo nos queda la indigencia y el delito, o, la rebeldía y la resistencia. Estas últimas enrolan a la utopía y a la imposibilidad de la que habla ese auge del pesimismo que estamos teniendo.

La comprensión de a dónde hemos llegado y hacia dónde nos encaminamos resulta muy necesaria. Todo ese miedo que está generando a los que nos hemos habituado a creer en el aparente bienestar que nos han vendido nos pone en alerta. Soluciones las hay. Qué se acabó la tranquilidad, desde luego. Habrá que aprender a decir “no y basta”. Hasta hace poco pensaba que este era un problema de las mujeres, ahora veo que es un problema social, de educación, de sistema, de todos. Nos han repetido tantas veces que vivimos muy bien y que nada es gratis que lo hemos convertido en ley de vida.

Hay muchas formas de ver el mundo y las mejores para todos no son las más fáciles. Todos esos filósofos ignorados por el sistema porque explicaban los errores de Estado que se podían y se estaban cometiendo hay que sacarlos a la luz, leérselos a las personas, ponerlos de moda en las calles. Los políticos valientes que pides están ahí, y somos nosotros los que les hemos de preparar una base sólida y segura desde la que poner el cascabel al “tigre”.

Un abrazo enorme, eres una fuente maravillosa de conocimientos para mí. Gracias.