lunes, 17 de mayo de 2010

Intervalo



Antes de empezar a leer deja que el chelo suene… solo una vez aunque moleste,

”No olvidemos que la naturaleza incluye:
la muerte, el dolor, el sufrimiento,
la lucha, las garras, los picos,
la extinción de los más débiles…”
es la vida.

Perdida la mirada en una lánguida rosa, dentro del vaso olvidada, sin apenas pestañear. Le tiembla en los labios la angustia que reflejan sus ojos, inmóvil, se le nubla la vista y aprieta los labios para ahogar el gemido, dos lágrimas perfectas resbalan por sus mejillas hasta el borde del mentón.

Brota el llanto repleto de congoja, arrebatado de tristeza, desalmada existencia donde el cuerpo, solo, desvaría perdido entre el fango de las realidades, impotente ante ellas sin poder reconocerlas, hundido en la más intensa pena, afloran lágrimas sin control, crispa el rostro buscando brazos que lo oculten, el pecho lanza estertores contrayendo la garganta y los pulmones, cerrándole el paso al aire.

Avalancha contenida, líquido caliente que arrasa los ojos, llena la boca e inunda la nariz, tsunami desencadenando sentimientos de vergüenza, desesperación y locura en un atisbo de cordura, hasta que incontenible hace del lamento vía de escape, dejando al aire que circule a bocanadas, cierra las manos contra las piernas y aprieta el contraído rostro sobre las rodillas. Solo quiere rugir para sacar de si todo lo que le lastima.

Y tras rozar el límite del paroxismo regresa a la vida, serenando el ánimo con dulces y sucesivos gemidos espasmódicos distanciándose con el aire que entra despacio, aclarando la vista, secando la nariz, relajando la boca… desnuda la mente, gimiente el cuerpo no se reconocen, este se ofrece y aquella le exige sosiego, para colmada de serenidad quedar en la sombra consciente del silencio, solo anhelando seguir al humo como a una ruta propia.

Mira alrededor. Sigue el silencio. Ya está más segura. Desanuda los miembros, levanta aún débil el cuerpo. El esfuerzo ha sido grande. Sale y la luz le ciega. Se apoya en la puerta un momento. Unas risas se acercan, gira recomponiendo el demudado gesto.





8 comentarios:

mirada dijo...

ójala todas y todos supiesemos llorar así...
Un abrazo enorme cargadito de besos.

Gaia, una verdadera maravilla.

:-)

ybris dijo...

El concierto para chelo de Elgar es una maravilla. Conocía la versión de Jacqueline du Pré y la de Yo-Yo Ma.
La de Alisa Weilerstein no les va a la zaga.
Tras escuchar ese violonchelo no queda más que la emoción de las lágrimas que tan bien describes.

Besos.

virgi dijo...

¡Qué maravilla, Gaia!
Esta música saca lo mejor de nosotros, verdad?. Hace como un año vi a la impresionante Sol Gabetta y un tiempo después colgué unas letras, impresionada con su chelo. Te doy el enlace, por si tienes tiempo y ganas.
Tu texto es muy profundo, hermoso, con alma. Gracias.
Un fuerte abrazo.

http://phoeticblog.blogspot.com/2009/09/lamento-de-un-violonchelo.html

gaia07 dijo...

Preciosa Mirada espero que ocurra.
Aunque no todos aprendemos igual cuando tocamos fondo.

No sabes cómo me alegra que te haya gustado.
Un abrazo con mucho cariño.

gaia07 dijo...

Un beso Ybris para empezar,

Una vez me dijeron que ya no se podían inventar acordes nuevos, que todo estaba dicho en la música.
Pero pronto aprendí que lo nuevo no eran los acordes, sino la manera en que cada artista los hacia suyos exteriorizando su sentir en cada nota.

Más aún, lo que cada cual es capaz de experimentar, con el mismo acorde, en las manos de cada artista.

Ellos nunca tocaran igual ni siquiera la misma partitura. Y cada vez que escuchemos, leamos o miremos, cambiará nuestra percepción dependiendo del momento en que lo hagamos.

Sorprendente mundo, sorprendente humanidad.
Gracias mil

gaia07 dijo...

Virgi, impresionante Sol Gabetta, de hecho si la hubiera oído antes no habría sabia cual elegir. Gracias.

En tu “Lamento de un violonchelo” me he sentido enzarzada como él en la historia. Aunque te advierto que yo si puedo seguir leyéndote siempre.

Adivinas el punto culminante de estas historias, el alma, esa parte tan corpórea y real como el resto de nosotros, con la que últimamente estoy en un tira y afloja para hacerla aparecer a mi antojo, mejor dicho, intentar poder verla y mirarla de frente cada día.
Eres un cielo. Me gusta aprender contigo.

Un abrazo

Joshua Naraim dijo...

Me conmueve el texto propuesto, me encanta la imagen seleccionada, me embelesa la música escogida; pero la emoción que siento la multiplica la armonía del conjunto: la sensibilidad, belleza y sentimiento que destila y el mimo que desprende tu composición.

Si no te parece mal, te haré un hueco en mi blog, en la sección de bitácoras amigas.

Un abrazo Gaia

gaia07 dijo...

No sé por qué, me interesan sobremanera las sensaciones que produce vivir, cada vez más mi madurez me invita a llenar los instantes de vida de todo aquello que me hace vibrar, de todo lo que implica sentirse bien, mal, triste, enojada o risueña, y me resulta cada vez más fácil identificar esas sensaciones. Lo embarazoso es transmitirlas, pues no son solo las palabras, la música o la imagen, sino la entonación y el sentido de quién las interpreta.
Así que decidí darles rienda suelta y dejarlas tal cual salen, y que cada uno las haga canto o las rechace, al igual que cuando os leo doy rienda suelta a mis sentidos.

Me siento humildemente halaga de estar en tu sección de bitácoras amigas.

Un abrazo Joshua