martes, 31 de diciembre de 2013

Adiós 2013




Este año ha sido un año especialmente duro y lleno de cambios, no siempre buenos.
Para la gran mayoría bastante malos.
He echado un montón de menos escribir.

Querido 2013  aquí estoy para despedirte con alegre música y unos cuantos pensamientos de estos antepasados ricos de espíritu.






“…Sencillamente, soy trasladado al ritmo propio del trabajo y, en el fondo, no domino en ningún caso su ley oculta. Los hombres de la ciudad se maravillan a menudo de este largo y monótono quedarse solo entre los campesinos y las montañas. Sin embargo esto no es ningún mero quedarse solo; pero sí soledad. En verdad en las grandes ciudades el hombre puede quedarse solo como apenas le es posible en ninguna otra parte. Pero allí nunca puede estar a solas. Pues la auténtica soledad tiene la fuerza primigenia que no nos aísla, sino que arroja la existencia humana total en la extensa vecindad de todas las cosas.”


Martin Heidegger - ¿Por qué permanecemos en la provincia?











“Mientras los demás hombres se arrojan en medio de la multitud, para no conocerse o más bien odiarse, el sabio huye del gran mundo y busca la soledad ¿Por qué no se complace consigo mismo o con sus semejantes? Porque su alma es un espejo fiel en el cual su justo amor propio halla provecho en contemplarse. Quien es virtuoso, no tiene nada que temer de su propio conocimiento, si no es el agradable peligro de amarse.
A los ojos de un hombre que mirara la tierra desde lo alto de los cielos, toda la grandeza de los demás hombres se desvanecería, los palacios más soberbios se transformarían en cabañas y los ejércitos más numerosos se parecerían a un tropel de hormigas luchando por un grano con la furia más ridícula. Pues así ve las cosas un sabio como vos, el cual se ríe de las vanas agitaciones de los hombres, cuando multitud de ellos siembran la Tierra de confusión y se atropellan por nada, con lo cual es justo que ninguno esté contento.”

La Mettrie – El hombre máquina





 “Bien comprendió el imperio de la fuerza de la costumbre el que primero forjó el cuento siguiente: una aldeana estaba habituada a acariciar y a llevar en brazos un ternerillo desde el momento en que salió del vientre de la vaca, y de tal modo se hizo a ello, que cuando el animal se convirtió en buey, todavía lo conducía entre sus brazos. La costumbre es al par maestra violenta y traidora. Ella fija en nuestro espíritu, poco a poco y como si de ello no nos diéramos cabal cuenta el peso de su autoridad, y por suave que sea la pendiente por donde descendamos ocurre un día que ha dejado bien sellada su huella en nuestra naturaleza. Vémosla de tal modo violentar siempre las leyes de ésta, que cuando menos lo pensamos nos descubre un rostro tiránico, que carecemos de fuerzas para mirar de frente…”


Michel de Montaigne - Ensayos de Montaigne, Libro I, De la costumbre y de la dificultad de cambiar los usos recibidos





“Hay que comprender que entre los deseos, unos son naturales y los otros vanos, y que entre los deseos naturales, unos son necesarios y los otros sólo naturales. Por último, entre los deseos necesarios, unos son necesarios para la felicidad, otros para la tranquilidad del cuerpo, y los otros para la vida misma. Una teoría verídica de los deseos refiere toda preferencia y toda aversión a la salud del cuerpo y a la ataraxia (del alma), ya que en ello está la perfección de la vida feliz, y todas nuestras acciones tienen como fin, evitar a la vez el sufrimiento y la inquietud. Y una vez lo hemos conseguido, se dispersan todas las tormentas del alma, porque el ser vivo ya no tiene que dirigirse hacia algo que no tiene, ni buscar otra cosa que pueda completar la felicidad del alma y del cuerpo. Ya que buscamos el placer solamente cuando su ausencia nos causa un sufrimiento. Cuando no sufrimos no tenemos ya necesidad de placer.”


Epicuro – Carta a Meneceo





“El propio resentimiento del hombre noble, cuando aparece en él, se cumple y agota en un reacción inmediata, y por eso no envenena: por otro lado, en incontables casos no aparece, mientras que en todos los débiles e impotentes es inevitable. No poder tomar en serio por mucho tiempo a los propios enemigos, los propios accidentes, incluso las propias atrocidades..., este es el signo de las naturalezas fuertes y completas en las que hay un excedente de fuerza plástica, reproductora, reconstituyente, una fuerza que también hace olvidar (un buen ejemplo de ello, extraído del mundo moderno, es Mirabeau, que no guardaba memoria de los insultos y las infamias que se cometían contra él, y que no podía perdonar simplemente porque… olvidaba). De un solo golpe, un hombre así se quita de encima muchos gusanos que horadan a otros; y solo aquí es posible (suponiendo que sea posible sobre la tierra) el auténtico amor al enemigo

Friedrich Nietzsche – La genealogía de la moral















“You yourself are participating in the evil, or you are not alive. Whatever you do is evil for somebody. This is one of the ironies of the whole creation.”

Tu propio yo participa en el mal, o no estarías vivo. Hagas lo que hagas estará mal para alguien. Es una de las ironías de la creación.


Joseph Campbell - The power of Myth













Fotografias: Greyfrairs Garden - London, UK