“Sólo puede haber verdadero progreso (es decir, progreso moral) en el individuo y por el individuo mismo.”
Baudelaire
Todo empieza como en el juego de la baraja, tus movimientos dependen de las cartas que te toquen. Si te ha tocado un físico que no concuerda con el estereotipo social del momento, un estatus social bajo, carecer de los afectos más esenciales que proporcionan sustento y cobijo, incluso falta de cariños, tus cartas son realmente malas.
Puedes hacer dos cosas, dejarte llevar por las circunstancias y negociar con lo establecido para estar más o menos bien dentro de lo malo, o convertir el ejercicio de vivir en “casi” un arte.
El otro extremo, los ases y los reyes, una escalera de color, un full pisando alfombras y recibiendo admiración, pierde mi interés en esta ocasión ya que la necesidad de crear es inexistente y el aburrimiento no da para mucho.
Tiene mérito, pienso, cuando entre las cartas que te tocan hay algún triunfo donde vislumbras el brillo de un posible éxito, cavilas en dejar una estabilidad rutinaria, en abandonar una línea recta por un montón de curvas que te conviertan en una displicente libre, y eso, lejos de lo que pudiera parecer es muy duro. Si eres atrevida acabas ponderando en que lo peor que puede ocurrirte es que te caigan las cartas malas de la baraja y ser una artista muerta de hambre, tampoco te lleva muy lejos de dónde estás.
No puedes pensar de otra manera con la educación recibida durante tantísimos años, pero te vuelves atrevida manejando otras parejas, en vez de displicente libre, interesado independiente, en vez de paciente juicioso, equilibrado espontáneo.
¡Hagan juego señoras!
Pocos son los que criados como príncipes se agacharían a coger el pincel caído a sus pies, escapado de las manos de un gran artista hambriento, y aún recogiéndolo, en la brutalidad del deseo de expresar aquello que les consume “sus visiones del mundo, sus audacias, sus entusiasmos, sus furias”, reflejarían el beneplácito que emana de su magnanimidad y arrogancia inconscientes, atributos que les son grabados a fuego con una rigidez congelada, en suma, todo lo que mata al movimiento, al incesante cambio, a la fuerza en el acto que consumen al artista.
Es válido querer saciar tu mundo en las fuerzas que los artistas arrojan en las creaciones donde exponen sus sorprendentes visiones del mundo, donde existe esa belleza con ricos matices que la hacen deseable pero que no resulta cómoda. La fuerza y la seducción de las posesiones, de la riqueza, del tener cosas, han acabado por mostrar lo poco acogedoras que son para el alma humana, actúan en oposición al arte.
El arte de la política, que incluye al de la guerra y que ha puesto de moda hacer de todo un arte, solo es una habilidad retórica y estratégica con un fin, no es más que un oxímoron. Al arte estamos devaluándolo adjudicándole acciones que no tienen nada que ver con la expresión del alma, porque el arte “desactiva la dominación, ralentiza el sometimiento” usando el humor, soslayando y evolucionando la teatralización, espectacularización, la mercadería, el negocio, evitando el uso de la contracultura como pretexto financiero y ocasión de consumo.
Sin que exista ninguna relación significativa entre arte y sociedad, los artistas saben que el resplandeciente brillo del mundo en sus manos ha de quedarse en el instante que nace. Que en el momento que aparece ya ha de instalarse en el recuerdo y perdurar allí, porque si se pretende hacerle permanecer indefinidamente, como los actos de Estado o religiosos, la realidad los matará de un mazazo.
Al igual que a las herramientas del mismo poder que modela la forma social, haciendo de esa forma un acto que convierte la sociedad en materia maleable, en esa misma mansedumbre que la hace irascible y peligrosa.
Al igual que a las herramientas del mismo poder que modela la forma social, haciendo de esa forma un acto que convierte la sociedad en materia maleable, en esa misma mansedumbre que la hace irascible y peligrosa.
Hago todo lo posible por dar una extraordinaria expresión a mis emociones para que moldeen mi moral como individuo, cuestionando siempre mi actuación en el progreso social, pero dicen que para que las cosas resulten primero han de ir mal y luego peor.
Todo está dentro de tu cabeza ¿por qué habría de significar que no es real?
17 comentarios:
Ninguna realidad existe si no la percibimos, si no nos percibe. Para mí, el Arte es un campo de batalla en que mi ego se enzarza con el recuerdo de otros egos al borde de un abismo infinito...Un abrazo, gracias por tu visita a mi pequeña estela para Mimi!
Me lo llevo a mi muro en facebook...
Plasmar esa cruzada y olvidarla para esperar la siguiente liberación creativa, solo se puede hacer desde los bordes del abismo.
Gracias a ti mateosantamarta
Te leo y pienso en Vermeer. Un genio desconocido durante casi dos siglos, muerto en casi la miseria, su familia hubo de vender las obras que tenía para pagar las deudas.
Pintaba por convencimiento, por pasión, por el toque de luz que llegaba a su alma y él lo ponía en sus cuadros, con una pincelada única y sutil.
No seríamos sensibles al Arte, si no hubiéramos aprendido de tanta obra inconmensurable a través de los siglos, alejándonos de la ambición, la maldad, el poder desmesurado.
Un abrazo, apreciada Gaia, ahora voy a por la música.
(te leí ayer, pero no tenía la cabeza para escribir)
Imagino estimada Virgi cómo sería el trato con Vermeer si su alma estaba tocada por esa luz y la nitidez que puso en sus cuadros.
Es cierto cuanto dices de la sensibilidad ante el Arte. Y ocurre que las cargas acumuladas sobre la persona para su aceptación social (trabajo, familia, relaciones) raramente son compatibles con la habilidad, o mejor aún “la necesidad” de crear.
Hay días que es mejor escucharnos en silencio.
Gracias por tus inteligentes enseñanzas.
Un abrazo
Haga lo que crea que debe de hacer, apreciada, Gaia, y disfrute haciéndolo sin hacer daño a nadie ni molestando demasiado, con eso ya es suficiente. No sienta rencor porque no la quieran cómo usted cree que debe ser querida, eso nunca sucede.
Saludos
¿Cree usted, apreciado, El peletero, que con esto que digo puedo molestar a alguien? ¿Demasiado?
Si es así no es mi intención. Ese rencor (si existiera, la verdad es que estoy disfrutando con estas disquisiciones) no sería por algo pasado sino por algo que pasa, lo que significaría enojo no rencor. La cuestión, aclaro, no está en cómo quiero que me quieran sino en cómo quiero quererme, un proyecto potencialmente realizable.
Saludos
Yo no creo que moleste a nadie, apreciada Gaia, era una manera de hablar referida a la vida en general, que hay que ser discreto, no importunar en exceso ni hacer tampoco demasiado el ridículo.
Aceptarse a uno mismo es la tarea fundamental de todos desde que nacemos, cuando antes lo consiga antes aceptará a los demás.
Saludos.
Me resulta bastante curioso señor El peletero, que de mis escritos saque estas impresiones: importuna e indiscreta, rencorosa, insatisfecha… la más curiosa es que piense que necesito aceptar a los demás para poder aceptarme a mi misma. Se llevaría una gran desilusión conmigo. En cuanto al ridículo: “Risus abundat in ore stultorum” (Es muy frecuente la risa en la boca del necio).
Recalco “cuestionando siempre mi actuación en el progreso social”. Me respeto demasiado y quiero muchísimo a mis semejantes como para dejar que otros piensen por mi.
Saludos
Es evidente que debo de haberme explicado muy mal, le pido disculpas, no me refería, como creo que es obvio, específicamente a usted ni a nadie en concreto. Ya le he dicho, y le vuelvo a repetir, que era una manera de hablar de la vida en general, no de la suya en particular, sería estúpido hacerlo, apreciada Gaia, porque yo a usted no la conozco absolutamente de nada fuera de lo que escribe en su blog, y de ello es difícil, y sería pretencioso por mi parte, sacar conclusiones de ningún tipo.
Mi estimado El peletero no hay nada que disculpar. En todo caso y tras volver a leer mis respuestas mi socarronería ha resultado un tanto ácida.
Para mi es un lujo contar con sus apreciaciones y prometo pensar mejor qué pretendo dar a entender.
Esta vez y sin que sirva de precedente el hacer uso de privilegios de mi género, en vez de nuestros cordiales y respetuosos “Saludos” le dejo un beso (casto, por supuesto)
Quizá la realidad no exista o puede que haya tantas como individuos.
Por ejemplo, el abrazo que te mando.
Un abrazo...
Mi querida Gaia, un abrazo grande y besos a montones. Espero que estos días los disfrutes con quien amas.
Que el 2012 sea propicio a alguno de nuestros deseos.
De la que estoy segura que no existe, queridísimo Joshua, es la que nos quieren vender a todos por igual.
Te he echado de menos.
Un abrazo enorme con mucho cariño
También te deseo estimada Virgi que pases unas fiestas a la altura de tus deseos. El 2012 trae todos los frutos que sembraste en los anteriores, una cosecha estupenda que se refleja en tu blog.
Un montón de besos y admiración
De todo corazón, te deseo felicidad en estas fiestas -en la medida en que ella es posible- y que el Año Nuevo sea generoso para ti y para todos los que lo necesitamos! Un abrazo, amigA!
Un abrazo estimado Mateo
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