Duende músico
Es tan letal que arrasa cuanto me daña y tan omnipotente que seduce a su antagonista, tan letal como lenta en su hacer, tan letal que cuando la enfrento me desgarra y cuando la desprecio me sublima, ella calcula el momento, lo elige y lo decreta, es tan letal que no me permite desertar y me obliga a vivirla.
Me asombra, y me asombra en mí con su desencantamiento. Solo soy parte de un mito en el que la importancia la tendré cuando ni el polvo recuerde mis partículas puesto que no hay diferencia entre lo que me hace estar viva y lo que me hará estar muerta.
Nadie me tuvo compasión e incluso lo celebraron, cuando me trajeron para formar parte en el ensamblaje de esta evolución de la que me hicieron ser consciente, y en la que debo llevar ya mucho tiempo pues solo me apetece la oscuridad y el silencio, la nada, donde no hay alegrías pero tampoco tristezas.
En este larguísimo camino quisimos imitarla y crear, pero apenas conseguimos plagiarla con nuestro arte esquizofrénico que no necesita ni de encargos ni de tutelas, ese que nos enseña lo que somos y de dónde venimos, de la nada y del caos y al que despreciamos por recordárnoslo.
El súbito miedo al descubrir que tan solo somos la más ínfima y despreciable parte de un plan donde no estamos como beneficiarios absolutos, y el terror que adolecemos frente a los cambios de raíz nos forzaron a engendrar en nuestro Leviatán social de hoy a los técnicos, elevados a la altura de actores principales de ella para intentar jugársela pensando en futuro, ese futurillo inventado e incierto pero dispuesto a hacernos creer en este otro arte del técnico del negocio, de las ganancias, de las posesiones, que nos embelesa. Esto hace que su desprecio por nosotros sea cada vez más sincero.
Y aquí nos encontramos, en esta despedida que celebramos cada 365 días con la angustia y el desconcierto de lo que ya ha sido, poniendo nuestra energía en lo que será antes que en el trueque y la dicha de lo que está siendo.
Despedida de las partes y bienvenida al todo, ahora más que nunca.
Podemos llegar a ser tan salvajes como en nuestras creencias
Leviatan, por Pedro Fernández *
*Leviatan modelado por Pedro Fernández para Sphere Wars
http://rafitac.blogspot.com/2011/03/leviatan-por-pedro-fernandez.html