sábado, 11 de septiembre de 2010

Inteligencia nula



Monday in B flat
Monday in B flat
Toni García



"Cerf-volant"
Cometa
Que vuelas al viento
No te pares
Hacia el mar
Ahí arriba en el aire
Te ve un niño
Viajes insolentes
Turbaciones embriagadoras
Amores inocentes
Siguen tu estela
Siguen tu estela
Volando
Cometa
Que vuelas al viento
No te pares
Hacia el mar
Ahí arriba en el aire
Te ve un niño
Y en la tormenta
Tus alas triunfarán
No te olvides de regresar
Hacia mí



Puesto que la consecuencia de un día es que resulta irrecuperable, parece presuntuoso intentar dudar en si participar o no en el combate, su viabilidad la identificas cuando compruebas el equilibrio racional entre ganancias y pérdidas.
Cada uno de nosotros solemos explicar los acontecimientos en base a los sentimientos y motivaciones personales que experimentamos antes, durante y después del desencadenamiento de las hostilidades, pero a pocos nos interesa conocer qué nos ha llevado hasta ese punto.

Casi siempre se funda en una base práctica, en la que las soluciones alternativas distan mucho de existir para ese momento infructuoso, o al menos así lo parece en ese instante en que la solución forma parte de una estrategia adaptativa a las condiciones específicas.
E invocas ciertos instintos criminales imaginarios, e incluso motivos inescrutables para llegar a comprender por qué en ese combate te has armado como una verdulera de tus más primitivos instintos, nada de lo que enorgullecerse. Puedes ganar la batalla pero sentirte rematadamente frustrada, así que empiezas otra batalla contigo misma.

En la historia se puede fácilmente comprobar que nuestros predecesores no tuvieron en cuenta los cambios que provocarían sus malas decisiones, a veces irreversibles, sin que llegasen a comprender conscientemente lo que estaba pasando, y te explicas que los resultados de la incapacidad en el control consciente e inteligente de los acontecimientos de un día pueden traer malas consecuencias incluso a corto plazo.

Todo se hace en beneficio de un bien momentáneo y ambiguo, antes mal, ahora mejor, luego fatal, y entonces ninguno de los puntos de escape viables te dan una salida ni siquiera remotamente digna. Es como una onda de acción que siguen todos, desde problemas políticos hasta la enseñanza de los hijos pasando por todos los contextos sociales, laborales y personales.

Por eso echas mano del arsenal cultural que otros antes que tú han utilizado demostrándote que da resultados, cima de la civilización, y rebuscas en la diplomacia filosófica de la que tanto se ha escrito en siglos pasados, del refinamiento retórico, adhiriéndote a ella para cosecharla como mecánica intelectual, a la que por fin solo te lleva la experiencia de los años (años intentándolo, que al cabo dan su fruto).

Llegado el momento, antes de la destrucción masiva de cuanto se halla a tu alcance y bajo tu línea de fuego, echas mano de esa gran estratega que has estado cultivando: servicios secretos afiliados y la soldado de elite, en suma, conocimiento y buena puntería, algo que cualquier política que se precie debería utilizar siempre.

El mar y ese dulce coro de voces te introduce en un mundo de sueños nuevos, de posibilidades inmensas, y acude hasta ti la imagen del poder real o la de la belleza auténtica. Hay que acudir al campo de batalla cada día.

Y se desvanece el día mientras sonríes recordando la cara de sorpresa de los demás cuando sin un solo aspaviento, mala cara o molestia alguna, y con la mayor serenidad haciendo gala de una inquietante sonrisa, les ha demostrado que el problema no estaba ciertamente donde todos lo estaban viendo, sino en la consecuencia irreparable de una mala decisión que ha sido tomada sin considerar los previsibles cambios, superioridad y mayoría que han actuado como “beligerantes poderosos bombardeando a la población civil con fuego, violencia, napalm, rarefacción de oxígeno, armas high-tech”, y cuanto tenían a su alcance salvo lo más importante: el verbo y el derecho.

Solo ha habido silencio.


No hubo elección:
murió quién pudo,
quien no pudo morir continuó andando,
los árboles nevaban lentos frutos,
era verano, invierno, todo un año
o más quizá: era la vida
entera
aquel enorme día de combate.

Por el oeste el viento traía sangre,
por el este la tierra era ceniza,
el norte entero estaba
bloqueado
por alambradas secas y por gritos,
y únicamente el sur,
tan sólo
el sur,
se ofrecía ancho y libre a nuestros ojos.

Pero el sur no existía:
ni agua, ni luz, ni sombra, ni ceniza
llenaban la oquedad, su hondo vacío:
el sur era un enorme precipicio,
un abismo sin fin de donde,
lentos,
los poderosos buitres ascendían.

El campo de batalla
Ángel Gónzalez


Sí, hay que acudir al campo de batalla cada día, con la estrategia bien definida, el verbo como arma y del derecho la bala. De manera que en la derrota, el sur exista.





16 comentarios:

virgi dijo...

¡Qué emocionante esas voces privilegiadas! ¿Viste "Los niños del coro"?
Con los ojos de la infancia, las batallas de cada día serían algo diferentes, sin armas letales, ni venganzas fieras.
Me gustaría pensar en esas cometas de las que hablas, cruzando un cielo lleno de música, palabras, libros...

Mis besos, querida Gaia

mateosantamarta dijo...

Esas voces entran hasta el interior y rozan los sueños. He visto un par de veces "Los niños del coro" y me impresiona la sencillez con que se plantean algunos problemas de educación.
Ayer estuve escuchando esas voces increíbles.
La historia y la filosofía deben de ser conocidas, pero pueden ser mentiras y laberintos de ideas -laberintos mentales sin salida-. La vida, la vida social, es una miseria.
Al final el hombre que quiere vivir "realmente" está ante ese sur que hay que costruir

Joshua Naraim dijo...

Tengo que volver en otro momento más lúcido y releer de nuevo tu texto, con el coro al fondo.
De esta primera visita, y me temo que de las posteriores también, me quedo con las dos últimas líneas:
Sí, hay que acudir al campo de batalla cada día, con la estrategia bien definida, el verbo como arma y del derecho la bala. De manera que en la derrota, el sur exista .
Me parece de diez.
Un beso emocionado.

gaia07 dijo...

Esa era la idea Virgi, la belleza con la que ven los niños de sordidez madura, con la misma mirada que la vimos nosotros, y una posibilidad de conseguir que ellos pudieran no perderla… ni lo consiguieron con nosotros ni lo conseguimos con los nuestros, pero quién sabe si pudieran los nuestros conseguirlo con los suyos… algo tan hermoso requerirá de mucho tiempo para germinar entre tanta roca.

Vi la película, la sensación de ser capaz de enfrentarte a algo contra lo que no puedes luchar y superarlo con la belleza de la que dispones ¡fascinante!.

Un beso enorme

gaia07 dijo...

Lamentablemente mateosantamarta así es.
Sin embargo por muchos laberintos y por muchas mentiras que se cuenten, a esta altura de la vida humana querido amigo, hay conocimiento, ciencia, experiencia y cierta libertad más que suficientes para encontrar, no una, sino infinidad de maneras de vivir en paz.

Quizá esos laberintos mentales no existirían si se filosofara más dentro de casa y se contará la historia de abuelos a nietos, antes que consentir que unos cuantos decidieran que se ha de saber y que no. Claro que para eso habría que tener claro que la valía de la palabra, el honor y el respeto prevalecen sobre el valor del oro.

Un abrazo

gaia07 dijo...

Creo que seriamos buenos guerreros constructores con ese armamento Joshua. La lucidez aporta ganancias a la dirección del combate, no obstante, sí sin ella ya estás dispuesto a empuñarlas ¿qué será del enemigo cuando la emplees de armadura?

Un beso risueño.

Shandy dijo...

Gaia,sí, saber disfrutar de la belleza, aún en condiciones de miseria, dota al ser humano de dignidad.
Verbo y derecho, buenas armas para no desautorizarse, para no perder autoridad moral. Pero también la palabra dicha es como la bala disparada, no tiene retorno.
El arte, la cultura, el conocimiento, son útiles pero ¿nos hacen más buenos? Creo que no, aunque son una esperanza, un buen asidero.
Un abrazo

gaia07 dijo...

Shandy con una pequeña y considerable diferencia, el enemigo puede hacerte llegar su palabra como recarga de munición para hacerse entender o valer, o quizás, para enojarte, e incluso aunque permanezcas sordo podría ser que el día en que menos lo esperes te llegara el mensaje, tarde e irreparable, es posible, pero seguirá viviendo mientras te maldice y seguirás viviendo mientras lo lamentas, o no.
La bondad solo es cuestión de moral y ética, nadie es bueno ni malo si no se atiene a las reglas de la mala conciencia, la culpa, y el olvido.

Es un placer tu comentario.
Un abrazo

mirada dijo...

¿También podría ser simplemente dejarse en manos de la confianza y del no deseo?
Todo pasa, incluso la mala conciencia, la culpa y el olvido...
Incluso esta sensación tan plena de satisfacción de sentirme entendida.
Si, estoy de acuerdo contigo, estoy apoyandome en una filosofía de vida, en una fe, en una creencia de muchos.
Es un enorme gusto leerte.
Muchas gracias, tesoro.

gaia07 dijo...

Confianza en ti misma Mirada, siempre.
Con la fe y creencia de muchos yo tendría cuidado. Estoy más de acuerdo con Shandy de lo que pudiera parecer.

Resulta una satisfacción que además de entendernos bien aún sin pensar igual, expresemos con confianza aquello que provoca otr@, engrandeciéndonos al sumar su pensamiento.

Como dice Pedro Glup eres la sensibilidad hecha poesía, y además de carne y hueso, un gustazo de amiga.
Un abrazo.

Shandy dijo...

Gaia, cierto que las palabras no matan, aunque el lenguaje de la propaganda y los mass media pueden funcionar como un arma de silenciosa y lenta destrucción masiva ( Goebbells).

Una buena amiga, profesora de filosofía, a un comentario hecho en su blog me respondió: "Ser bueno es un hacerse, un hábito, no una disposición". Te dejo la dirección para que puedas leer la interesante entrada "Notas desafinadas de evolución"

http://cicuta.obolog.com/notas-desafinadas-evolucion-509355

Y si quieres reirte con ganas léete su última entrada escrita con pluma de Cicuta: Cuerpo a tierra: Marujas

http://cicuta.obolog.com/cuerpo-tierra-marujas-885185

Un abrazo

gaia07 dijo...

Solo a una masa que no ha trabajado su mente y no se le ha enseñado a pensar se la domina con la palabra. Y aún así siempre existirá la opción de que otro nos haga ver el error.
Contra la dominación solo hay una salida, dejar de prestarle soporte, ni fácil ni difícil ni tampoco imposible.

La fuerza simbólica es una forma de poder que se ejerce directamente sobre los cuerpos y como por arte de magia, al margen de cualquier coacción física; pero esta magia sólo opera apoyándose en unas disposiciones registradas a la manera de unos resortes, en lo más profundo de los cuerpos. Si es capaz de actuar como un disparador es decir, con un gasto extremadamente bajo de energía, es porque se limita a desencadenar las disposiciones que el trabajo de inculcación y de asimilación ha realizado en aquellos o aquellas que, gracias a ese hecho, le dan pábulo.
Pierre Bourdieu


El sapiens-sapiens actual está más cerca del astrolopithecus anamensis que del homo sapiens, cada vez le importa menos saber, la evolución cultural se está volviendo en nuestra contra.
Me ha gustado mucho el blog de tu amiga “belencicuta”, esas notas “desafinadas” son muy acertadas.
El de las marujas es fascinante, ¡ya lo creo que el cuerpo a tierra! y la mente en bajo rendimiento para no alterar sus tentáculos en esas horas de inevitable aguante.
Un abrazo

Antonio García dijo...

La verdad Rosa es que es un tema este de la inteligencia y el poder de la palabra, muy extenso y realmente apasionante. Una de las cosas que más me gusta es esa foto de un tal Toni García con su Mediterráneo... :-)
¡Bonito Blog Rosa!

Un abrazo

gaia07 dijo...

Interesante y muy necesario, cada día estoy más convencida de ello.
Un debate sosegado y consensuado enseña más que cualquier doctrina del mundo.

Te presento a Toni cuando quieras, y al Mediterráneo por supuesto ;-P

Un abrazo

Anónimo dijo...

La única batalla que se pierde es la que se abandona

gaia07 dijo...

Eso sin contar con las que ya están perdidas antes de empezarlas