domingo, 27 de junio de 2010

Soplos coyunturales


Hubo una vez un tiempo
cuando las estrellas eran aún desconocidas
que la grandeza del mundo
habitaba en el sonido
y su belleza
en el equilibrio de los colores.



Es un despropósito lo que me cuesta conseguir ser lo que soy.
Menuda paradoja la vida, condenada a sufrirla por orden divina. Utilizan ese poder simbólico inscrito a perpetuidad en nuestras percepciones e inclinaciones (a admirar, a respetar, a amar…) con el que nos manejan imperceptiblemente, anulando cualquier posibilidad de actuar libre e individualmente, e invalida la expresión de aquello que sentimos tal y como lo apreciamos.

Entre destellos de lucidez, el preciado beneficio al que “debo” aspirar no dejará huella entre mis manos, y me vuelve escéptica, al mismo tiempo que descubro dónde empiezan y dónde acaban los límites a la hora de vivir. Salvaguardo constante mi fuerza y mi soberanía absoluta a capa y espada, ante el compromiso social de pertenecer a una masa inconsistente y pretendidamente protectora.
¿Protección a cambio de mi individualidad, mi sentir, mi compromiso conmigo, mi sosiego? No.
Prestarme, por supuesto, entregarme, nunca.
La motivación: ser feliz. Vivir en calma.

La felicidad versus beneficio, (con el origen latino de versus: “de la felicidad hacia el beneficio”). No buscar su verdad no significa admitir su mentira, los grandes beneficios prometidos, a largo plazo, suelen nublar la mente. Vivir con y para los demás puede resultar placentero siempre que el “yo” tenga pleno control sobre esos límites, que traspasados abocan al displacer, prescindir de su compañía para evitarlo implicaría poseer un entendimiento íntimamente trabajado.

No hay nada nuevo sobre la faz de la tierra.

1275-80/1342-43 Marsilio de Padua, abogaba por mantener los asuntos espirituales separados de los temporales.

1533/1592 Michel de Montaigne, declara la guerra al dolor “…¡Querer al dolor, como si el que existe no fuera suficiente!”

1541/1603 Pierre Charron, “… La duda metódica… eliminar los consejos de la mayoría, desembarazándose de los lugares comunes, arrojando por la borda las opiniones del hombre común…”

1588/1672 François de La Mothe Le Vayer, “…no hay verdad, sino sólo verosimilitud; los excesos son condenables, deseemos el justo medio; la razón es impotente, sometámonos a las costumbres; el dogmatismo echa a perder la vida, el escepticismo le da encanto; la intranquilidad es detestable, la acatalepsia nos salva. El goce de uno mismo. “

1592/1655 Pierre Gassendi, “…solo con ayuda de esta carne llegamos a conocer el mundo…”

Y hay más. Muchos más.

Esas épocas en las que los pensadores usaban su tiempo para filosofar, tiempos donde el centro del universo era divino y cada círculo concéntrico en que se dividía la moral social, se movía en torno a él. Aquel que seguía líneas distintas era vituperado y expulsado, aquella quemada. Sobrevivir al poder dogmático obligaba a batirse entre un escepticismo interior y una manutención entre los hombres. Unos morían por ser ellos mismos, otros lo eran sin declararlo.

Estas épocas dónde la individualidad supone ignorar al resto, tampoco es muy acertada. Sin embargo, las ideas están aquí. Sorprende cómo a pesar de las limpiezas pretendidas de los mal llamados eruditos, el goteo de sabiduría siga moviéndose en nuestro tiempo y llegue hasta los que no saben, y no quieren, leer.

¿Quién tiene, quién se cree con tanta autoridad para elegir qué debo pensar, qué debo creer, qué debo leer, qué debo ser…? NADIE, salvo yo.
Qué nadie se atreva a hacer desaparecer ninguna de las opciones con las que pueda conjeturar, interpretar, elegir, comulgar o disentir.
El no elegir también es mi opción.


13 comentarios:

ybris dijo...

La vida por obligación es muy diferente de la vida como aventura y como descubrimiento.
Lo sabes bien y por eso comprendes la libertad de pensar, de sentir y de ser.
La vida así merece mucho más la pena.

Besos.

mirada dijo...

Lo he vivido así como escribes, lo he sentido así,...
Quise y hago por trasladar información, ahora entiendo y comparto que cada persona tiene su tiempo para aprender lo que su ser precisa...
Que la música está dentro de cada uno de nosotros y lograr un canal de potencialización de los valores positivos de cada uno es un bien personal y social, siempre desde el respeto individual.
Llenar la vida de música y de colores, de todos los colores, de todas las músicas es llenar el mundo de diversidad.

Gracias por ser tan generosa.

Un abrazo enorme, enorme, enorme.
Te quiero pequerrechiña :-)

gaia07 dijo...

Por eso me gusta leerte Ybris, y que vengas y me digas. Incluso que me llames la atención.
Tu libertad es la mía.

Besos y un cariñoso abrazo.

gaia07 dijo...

Cualquier arista que haya podido dejar en mi texto, la has pulido hábilmente Mirada.

Un verdadero placer sentirme entendida hasta ese punto, y correspondida en el cariño.

Eres un amor.

virgi dijo...

Imprimo tus citas y me las leo con lentitud.
Mientra escribo ésto, oigo lo que has colgado...¡ah, la música!
Cuando es música de veras, ¿sabes que me invade una sensación increíble de plenitud?
Algunas veces vamos a los conciertos de la Sinfónica y, querida Gaia, siento un estado especial, algo que sólo me da en esos momentos. Gracias por compartir la belleza. Eres un tesoro.

gaia07 dijo...

Es algo tan primordial para nuestra mente, tan sensible a esos estados de embriaguez emocional alucinantes, que algunos buscamos imitaciones en productos químicos que destrozan nuestro cuerpo, solo por conseguir esas sensaciones mayor número de veces. Sin darnos cuenta que para disfrutar del esplendor y la plenitud que dices Virgi, solo es necesario encontrar a quiénes tienen la capacidad de provocar la belleza con las palabras, los colores y los sonidos.

Tantos artistas, en todas las disciplinas, disponiendo de un tiempo limitado para disfrutarlos, que todo me parece perder el tiempo si no los gozamos.

Un abrazo enorme.

Joshua Naraim dijo...

¡Conseguir ser lo que soy!...un horizonte estimulante, tan difícil como anhelado.
Entre el escepticismo y la lucidez percibo que la vida no tiene límites, solo etapas; que las barreras las instalamos nosotros mismos, quizá para proteger nuestro desamparo y espantar nuestro miedo.
Efectivamente todo ha sido ya creado, tan sólo nos queda la inestimable capacidad de recrear el puzzle a nuestro antojo y vagar en libertad por donde queramos que nos lleven nuestros pasos, a ser posible descalzo,ya que en estos menesteres, nuestros pies suelen ser más grandes que nuestros zapatos...
Y sentarnos y pensar sin que nos piensen...

Un abrazo Gaia

gaia07 dijo...

Bien dices Joshua, los límites siempre son nuestros y de los demás. Hay veces que vas tan por detrás de alguien, o tan por delante, que resulta imposible no limitarte para poder convivir, unos te acercan a precipicios que si no estás preparada para planear te sobrecogen, y otros, te dejan de lado sin entender, por parecerles diabólico tu pensamiento, o tu hacer inventando la vida cada día…

“Recrear el puzle” “descalza” es exactamente lo que necesito para conseguirlo, solo me falta la templanza suficiente para obviar a los de detrás y sonreír a los de delante. Gracias por volver la mirada para verla.

Un abrazo.

mateosantamarta dijo...

Parece, amiga, que estás para algo más que para que te enseñen.
De momento mi agradecimiento por tu visita, por tu comentario y tus elogiog.
Me ha alegrado conocer y respetar-admirar a todos tus comentaristas. Un saludo. Iré paseando por tu blog en la medida en que mi tiempo me deje.

gaia07 dijo...

No son mis elogios, son vuestras provocaciones escritas y plasmadas.
Dicen que para conseguir la sapiencia no basta con el saber sino que se necesita el hacer, procuro poner en práctica cuanto aprendo de mis maestros-comentaristas a los que acudo a menudo.
Gracias mateosantamarta

Un saludo

ed.expunctor dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ed.expunctor dijo...

No existe la posibilidad de no elegir, porque cuando dices "yo no elijo" estás eligiendo no elegir. La vida es un constante abanico de alternativas y siempre optamos por una, consciente o inconscientemente.

Hay incluso quien elige no elegir su pensamiento: cuando éste se le ha impuesto e inculcado con tanto ahinco que ni siquiera es capaz de advertir que ha elegido no elegir lo que pensar.

Saludos.

gaia07 dijo...

Estoy de acuerdo en que la vida es pura elección continua, cúmulo de decisiones para la que se ha de estar preparado, y todo irá bien si el que eliges eres tú, incluso el “no elegir” inadvertidamente inculcado.

Ese es el momento de parar, darte en la frente con la palma de la mano y decirte:
-¡Hey! Puedo no elegir el "qué debo…” y aún así pensar en esas otras opciones que no aparecen en el abanico que ponen a mi alcance, mientras aluden a lo malo que es salirse de su pensamiento.

La vida ofrece muchas más alternativas de las que nos sugiere el pensamiento de unos cuantos. Opción mía es “no elegir” lo que me eligen.
Un saludo