domingo, 15 de noviembre de 2009

Reconocer el éxito por el grado de bienestar



El idioma del caos


El sitio revuelto, en cada una, una zona recogida.
Las más lejanas la primera parte almacenada, las más cercanas la última.
Después de unos días revolviendo buscando lo necesario, lo primero y lo último ya no prevalecen.

El orden es, en filosofía lo que se opone al caos, en biología una categoría de la taxonomía o ciencia de la clasificación. En femenino, un imperativo.

Confort y bienestar mantienen una relación de vasallaje y devoción difícilmente separable. Su falta impide la concentración en una actividad puesto que es necesaria la indiferencia frente al ambiente. Dicen.
Para conseguirlo se necesita que la intención de orden sea eficaz y precisa, esa interdependencia entre confort y bienestar hace que el ambiente consiga funcionalidad perdiendo su individualidad cada parte, formando un todo. También dicen.

Así que tenemos orden, confort y bienestar. Y además la caótica necesidad femenina de tenerlo todo a mano. Una orden es un imperativo, es femenino, pero nuestro orden, el femenino, dista mucho de ser filosófico o biológico. La creencia popular establecida y enseñada a las damas en la que el orden es una cuestión de inteligencia y control, que deben adoptar como algo ingénito femenino es una falacia como un templo.

El caos es la expresión de la existencia que nuestra mente no es capaz de soportar, porque su imprecisión y su incertidumbre nos producen inseguridad. El orden aporta paz a nuestro espíritu ya que no nos interesa la verdad existente que nos rodea, el caos, y es lógico puesto que a la verdad, hasta el momento, no se le ha encontrado utilidad alguna.

Existe una armonía o concierto -quizá disciplina o dependencia más que orden- en las relaciones más nimias del caos que no tenemos la habilidad de manejar ni entender, pero si osamos acceder a su núcleo e incluso en sus límites observando detenidamente, acabamos entendiendo cómo funciona e incluso llega a gustar más que el orden. El caos sorprende. El otro es aburrido.

Me encuentro metida en un laberinto, copia humana del caos. Mis pequeños problemas desaparecen cuando me sumerjo en él. Accedo a esa relación de las cosas que no tienen nada que ver según la taxonomía y desaparezco del mundo. Tanto, que he llegado a encender una vela pequeña para una vez extinguida, no tener más remedio que salir fuera.
Una amiga me ha sugerido el titulo al evaluar mi actitud ante el desastre. Desastre, palabra que utilizó y que no volverá a utilizar desde que me acompañó al laberinto de mi caos.

Esta experiencia me lleva a crear mi “orden” caótico, de manera que todo está a mano si no usas la clasificación vigente y el imperativo.
Me estoy divirtiendo de lo lindo. Ahora que lo escribo estoy empezando a pensar que haré cuando termine. Y acabo de darme cuenta que no tiene fin, has de seguir corrigiendo el camino que lleva a la armonía y a la disciplina, desde donde llegas a percibir el incesante cambio que diariamente dirige el mundo.

Y solo se ha tratado de una sencilla y caótica mudanza.

8 comentarios:

virgi dijo...

Las mudanzas nos renuevan.
Las interiores siempre.
Las exteriores también.
Aprovecha ese caos aparente y disfrútalo.
Besos entre cajas, cajones, muebles, estanterías, libros, paquetes, ropas...

gaia07 dijo...

Querida Virgi me encuentro placenteramente agotada.

Un besazo.

Anónimo dijo...

"He aquí una alegoría para cada uno de nosotros: cada cual ha de organizar el caos que lleva en sí, recapacitando sobre sus legítimas necesidades"
F.Nietzsche.

¡Todo está a mano!

Un saludo.

gaia07 dijo...

Cierto ”¡Todo está a mano!”. Sobre todo nuestras legítimas necesidades.

Saludos, quién quiera que seas.

ybris dijo...

Del caos al orden a veces no hay más una adecuada planificación.
Ese proceso es a menudo lo que consigue convertir el laberinto en senda, el azar en mensaje.

Besos.

gaia07 dijo...

Querido Ybris, nada más acertado que la planificación. Pero para el trabajo del sistema en que habitamos.

Para vivir es preferible, y hasta recomendable, sumergirse en el caos.

Un beso enorme.

María dijo...

Impresionante la imagen del encabezamiento.

Descubro tu blog, y me quedo viéndolo, me parece interesante.

Muchas gracias.

Un beso.

gaia07 dijo...

Nuestro cuerpo se compone de más de un 60 % de ella.

Gracias a ti Maria, siempre estoy dispuesta a aprender.

Un beso.