jueves, 20 de agosto de 2009

Preparativos de conciencia viajera



Rey Menkaure y Reina Jamerernebty II

Guiza, Dinastía IV (tempus Menkaure/Micerinos)

Museum of Fine Arts, Boston


Manteníamos una charla un grupo de amigas sobre la diferente mentalidad de los países donde sus valores sociales difieren de los nuestros.

Nos enzarzamos apasionadamente, estilo femenino por supuesto, en un enfoque que nos pareció sumamente importante e interesante, basándolo en la dependencia sobre las necesidades básicas que oprimen al ser humano, a partir de donde éste establece importantes diferencias entre la forma de percibir, pensar, valorar y actuar socialmente. Optando por una visión específica de la realidad totalmente distinta y “formando así los patrones de ideas y sistemas de valores que caracterizan a cualquier sociedad”*.

Hasta no hace mucho en este país nuestro existían patrones de comportamiento que no se alejaban mucho de las sociedades extremistas. Conforme han ido cambiando esas necesidades básicas hemos ido subsanando las carestías de una conciencia que busca una educación de calidad (que no cultura, ser culto no tiene nada que ver con ser educado), haciéndonos desarrollar una concordancia entre las necesidades y el abastecimiento de las mismas, llegando a considerar como clave las consecuencias antes que la inmediatez. Por lo tanto en estos cambios, hoy, la tecnología es un medio no un fin.

El convertir la debilidad en fortaleza es cuestión en la que las mujeres entendemos en demasía. Cuestión de educar la conciencia.

Y en esto estamos, vamos a sumergirnos en un país que desarrolló en el inicio de su historia una educación superior en las relaciones sociales por las que ahora luchamos todos, que acabó cayendo en brazos de un extremismo religioso, que anda retorciéndose en sus entrañas de sabiduría ancestral y sometida a las leyes del ilusionismo de la pulsión de muerte, luchando con sus penurias domésticas en una sociedad donde el pobre lo es en extremo y el rico nada en la abundancia, hechos que nos harán mas abrumadora si cabe la pugna cultural.

De la tranquilidad que da saber que tienes medios para protegerte del poderoso a la incertidumbre y la improvisación de cada segundo. No queda lugar a dudas que nuestro adormecido sentido de alerta va a tener trabajo.

20 millones de personas en la ciudad de El Cairo, en toda España somos poco más de 46, en la ciudad de Madrid poco más de 3 millones. El turismo es básico para una subsistencia tan pobre que vive básicamente de las propinas. Los bolsillos llenos de libras, piastras y bolígrafos.

Pesa demasiado el carro del mundo a los pueblos desarrollados arrastrando hambrunas, guerras, terrorismos, déspotas, usureros, ricos ociosos y demás basura terrestre, y hasta que rodemos a la misma velocidad estaremos todos con un pie en la más que posible miseria y con otro en la improbable seguridad del bienestar.

Y mientras esperamos a que “la ciencia acomode a la conciencia como una realidad causal”*, iremos a mostrar a cara descubierta que para ser buena, decente y respetada solo hace falta rodearse de gente con conciencia, capacitada y humana.

Una vez percibida la posibilidad, una vez entendida la diferencia, una vez valorada la duda… la actuación real aún inconscientemente, será la correcta.



*El cambio de mentalidad: la promesa del siglo XXI (Willis Harman)

2 comentarios:

ybris dijo...

La realidad, tanto actual como histórica, suele ser decepcionante por las diferencias que impone y las injusticias que la cercan.
Saberlo no es la solución.
Pero sí el camino.

Besos.

gaia07 dijo...

Lo es hasta tal punto Ybris que la realidad duele.
Coincidir contigo reconforta.

Un beso.