domingo, 4 de enero de 2009

Géneros y generaciones (VII)



Alex Alemany

Cómo tratar con aquellos que se guían por estereotipos. Cómo hablar con los que no escuchan, o escuchan, pero no les cuadras dentro de sus arquetipos, y se pierden, te pierden. Las relaciones entre los dos géneros son difíciles, si a eso le añades distintas generaciones, ya ni te cuento. Me pregunto si es verdad que resulta tan dramático saber lo que quieres, y decirlo con todas las letras. A veces por no hacer daño se hace tanto que no puedes imaginarlo. Vamos que si me dicen vete, lo entiendo, y me voy. Pero si me dicen ven y no están, me hunden. Debo ser muy extraña para este tipo de personas.

Y ahora nuestra sociedad –la misma a la que he aludido en otras ocasiones- empieza a considerar la creencia de que la mujer se siente más libre en este siglo. Como concediéndole otro papel diferente al que ha estado sujeta por imperativos sociales fundamentalistas.
Sentirte extraña a un mundo en el que intentas no sobresalir ni ser diferente para que te dejen en paz, es una dura lección de supervivencia. Pero con un poco que te dediques a investigar la historia, compruebas que siempre ha habido mujeres y hombres que se han salido de la norma.

Me entiendo muy bien con las generaciones anteriores a mí, e incluso me llevo genial con los jóvenes, pero no hay manera con las dos generaciones siguientes a la mía. Digo libertad y entienden libertinaje. Digo ahora, en el momento, y entienden siempre. Digo amor y entienden compromiso. Digo compromiso y entienden cadena.
Vivir es un compromiso, los amigos son compromisos, ser feliz es un compromiso, el mundo es compromiso.
Si no son conscientes de esto ¿cómo van a saber lo que quieren? Por mucho que busquen jamás estarán satisfechos.

La cuestión no es cuál sea tu papel en el entorno, sino la idea que te haces de las circunstancias que te rodean.
En tanto yo concluyo, que mi felicidad tan sólo consiste en volver favorables a mi idea todo aquello que me sucede, mi nuevo amigo piensa que la suya consiste en conseguir aquello que le hace cambiar de idea volviéndola favorable.
¿Materialismo? -pregunto yo- No, intervencionismo –contesta él-
¿Idealismo? -pregunta él- No, quinto poder –contesto yo-. Ambos reímos.

Vive con ella desde hace varios años. Viudos los dos. Cada uno lleva su vida social a su manera, y en su intimidad disfrutan de los gustos comunes y respetan los que no comparten. Lo llama “hay sal” (AISAL, Asociación independiente sin ánimo de lucro).

Ha pasado el tiempo tan rápido que al despedirse como todas las tardes me ha parecido regresar de otro mundo.
Magnifica sensación, a la que solo le faltó música.





Discover Stacey Kent!


4 comentarios:

Carz dijo...

Bueno, estoy casi sin batería, y no sé si se llegará a publicar.

Pero en fin, en mis cabreos nunca busco apoyo, son míos y particulares, y muy probablemente errados.

Pero al hilo de tu post, hacía unas semanas que vi a una mujer, no es despampanante ni nada parecido, pero su mirada tiene un trasfondo. Hoy me hice el gilipollas, el alegre, el nadameimportauncarajo, pero en un momento dado se cruzaron las miradas, y entonces supe que podía hablar con ella, que me contaría cosas. Yo creo que es lesbiana, pero me dijo que se iba con su amiga a Tenerife, y le hablé de Teno Alto, y de lo que se parece a Macondo, y de que me preguntaron si había visto al o si había estado en otras islas... pero lo bonito es que me escuchó, y no me perdió, y si me dicen que me vaya me voy, pero si me dicen que venga y no están... he aprendido a que me dé lo mismo. Pero tú no, no lo hagas, ¿vale?

Carz dijo...

"y de que me preguntaron si había visto al REY..."


esto pita sin bateríaaa... a ver si llega:)

Carz dijo...

llegó....
y todo está en su sitio.


Un beso.

gaia07 dijo...

Transmites no ser persona que necesite apoyo en confrontaciones. Y no lo era, me ha resultado tan chocante tu post que no he podido evitar el comentario.

No te acabo de imaginar en Teno Alto rodeado de los Buendía del lugar. Conectar con otro es casi milagroso hoy día.

No lo haré, pero cuesta tantísimo esfuerzo no dejarse llevar por el “qué más da”, que he resuelto practicar la filosofía de Epicuro, la de encauzar con calma la rutina diaria hacia mi dicha.
Un beso.