lunes, 21 de febrero de 2011

Alea iacta est (La suerte está echada)



Habrá que preguntar al Nilo, siempre entendió todos los idiomas

Hoy y en el fondo de la cuestión de esta nueva revolución mediterránea, la gente de estos pueblos ya no son lo que fueron una vez. Ya no quieren serlo. La paciencia de los conceptos que siempre les han hecho repetir se ha terminado. Se han alejado tanto de su inmovilizada cultura que ya saben hasta en qué dirección desean evolucionar, y ni siquiera lo hemos advertido quienes en nuestra historia contamos con pasados revolucionarios.

Las culturas de este planeta elaboran sus innumerables y contradictorios discursos filosóficos, en función a la repetición de factores con los que se remeda el planeta en una irrompible, aparentemente, cadena de causa-consecuencia, en los que reflejamos nuestros pensamientos deterministas y que no han impedido que el mundo sea como debía ser.

De vez en cuando, la célula compleja de esta sociedad, entiéndase la persona en la que el pensamiento hunde sus raíces en el cuerpo que la define, hace del yo un ente valioso, proclama la unidad material del ser sin términos jerárquicos entre mente y cuerpo, y por tanto ni sumisión ni servidumbre ante nada y ante nadie. Cuando esto sucede salta a la palestra un hápax existencial, se enhebra otro eslabón a esa cadena que resbala inexorable hacia el abismo, llevando a consecuencias sorprendentes aquellas causas repetitivos de las que se vale.

Ahora que ya es notoriamente público -y el concepto está adaptado al entendimiento del sentir general- que los países libres y democráticos mantenemos nuestro estatus gracias a que crueles regímenes despóticos apoyan nuestros grandes intereses económicos, en otras palabras, que nos mantenemos en virtud a la opresión, desigualdad y pobreza de otras personas, estamos preparados para enfrentarnos al espejo, y mirarnos detenidamente, la mayoría con los ojos como platos y los que lo barruntábamos soportando la vergüenza de seguir a la manada imperialista.

Y digo nuestros y nos, porque si nuestro país no tuviera participación in situ, que lo dudo, apoya abiertamente que la haya a costa de intereses con terceros.

Aunque teniendo en cuenta algunos modelos democráticos tampoco es para dramatizar en demasía por esa pérdida de poderes. Sin embargo aprender a oprimir engañando mientras el otro come es menos vergonzoso que, además de vapulearle y despreciarle, se le mate de hambre.

Una alegría extraordinaria para este nuevo siglo, las religiones, las mafias, los fanáticos, los racistas y los violentos, tardarán un poco más en desmembrar nuestra existencia.





Fotografía de: http://solomicrocuentos.blogspot.com/2010/05/el-faraon-dyoser-y-la-crecida-del-nilo.html

domingo, 6 de febrero de 2011

Blogs con estilo



La genialidad y la belleza no tienen por qué respetar cánones


El día que decidí empezar este blog no tenía muy claro qué estaba haciendo. Quería expresar las cosas de las que normalmente no hablo con las personas que comparto momentos a lo largo del día. Así que rescaté unas pocas horas y las dediqué a dar rienda suelta a esa energía para la que no encontraba salida, esa que hace surgir pensamientos e ideas mientras lees, escribes, escuchas música y que acabas garabateando en cualquier pedazo de papel.

A lo largo de este par de años no he llegado a preguntarme si iba a interesar o no lo que escribía. Necesitaba escribirlo y punto. Hay quienes piensan que hacer algo solo por el hecho de disfrutar en el proceso sin recibir el reconocimiento o el aliento de otros no merece la pena. No soy del mismo parecer así que sin remilgos empecé, y sigo.
Dicho esto tendría que explicar qué diablos hace aquí el socorrido cuenta visitas.
Empezaron a llegar visitantes a la página que no dejaban huella, y quise saber quiénes eran y de dónde venían. La verdad es que me quedo con la miel en la boca, lo más que llego a saber es por dónde han llegado y de dónde. La inmensa mayoría atraviesan los valles esteparios del google en busca de algo que les relaciona con alguna de las palabras que hay en mis apuntes, e incluso muchas veces, son las propias fotos las que les traen. Hay quién piensa (estos, los mismos de antes) que es denigrante, sin embargo a mi me parece alucinante.

A través de sus/mis comentarios he logrado amigas y amigos encantadores, unos conocidos y otros no, unos lejos y otros más cerca, y compruebo, no sin asombro, que esto me satisface tanto o más que las horas que ocupo escuchando música, buscando o haciendo (las menos) fotos, y escribiendo sin parar hasta que consigo decir lo que quiero.

Hace unos días al blog de mi amigo Joshua le premiaban identificándolo como un “blog con estilo” y él a su vez nos premiaba a unos cuantos.
Donde ahora leéis, a vuestra izquierda está el listado de algunos de mis blogs amigos, francamente, con mucho estilo.
Aprovecho esta tarde para añadir unos pocos de los que visito y que por no quitarle tiempo a su lectura no he incluido todavía, una descortesía por mi parte, pero la verdad, prefiero pasar la tarde leyéndoles que ordenándome los estantes, en fin…
Y es que me sorprenden a diario. Puede que haya a quienes les parezcan serios o significativos por lo que dicen o cómo lo expresan, otros están fuera de cualquier modelo estándar y pueden ser molestos para mentes rígidas, otros ingeniosos inteligentes y socarrones, hay alguno que otro que podría ser considerado hedonista (que la verdad sea dicha, es a lo más juicioso que se puede dedicar una vida).

Estilos tan diferentes como la noche del día y que me gustan, ellas/os como personas, o ellas/os por lo que dicen, o ellas/os por ser simplemente. Personas incomparables que escriben con ideas opuestas, provocando en mis lecturas un desafío de contenidos que mantienen viva mi inspiración. Pudiera decirse que mi criterio a la hora de elegirlas no pertenece a una lógica social, pero la mía es de mujer, tierra, naturaleza, caos. Estoy en el encuadre perfecto para mi dicha.

El criterio está definido como “norma para conocer la verdad” o como un “juicio o discernimiento” sobre algo. Mi criterio aquí es el de no tener criterio, (las normas me ponen de mal humor aunque las sigo como todo el mundo, pero ¡leches! a la hora de la variedad ¡variemos!). Así que cuando llego a un blog en el que lo que cuenta o quién lo cuenta acapara mi atención, me tomo el tiempo necesario para comprenderlo, entenderlo y comentarlo.

Y el estilo. El estilo como manera peculiar de escribir o de hablar de una persona es tan particular como lo es su forma de decir en un blog. Colores, tipos de letra, fotografías o cuadros, música o silencio, y contenidos que suelen aparecer como predilectos identifican los cambios, el humor, la vida, los sueños de muchos de nosotros.

Quiero reseñar, además, que nadie tiene por qué estar de acuerdo en sus juicios sobre el mundo ni conmigo ni con otros, ni tratar de hacer válida solo una opinión, pero sí que es beneficioso estar abiertos a toda posible visión diferente y saber, al menos, que existen otras maneras. Esto viene por los miles de increíbles filósofos que los criterios cerrados y los estilos impuestos, dejaron fuera del conocimiento de muchos de nuestros antepasados y dolorosamente, de los más de nuestros contemporáneos, con la consecuente pérdida de buenos criterios y “estilazos” que tendríamos en este insultante mundo capitalista y elitista que llevamos entre manos.

Por lo que es muy probable que si alguien pasa por aquí y llega a interesarle el contenido de mis apuntes, no logrará encontrar continuación en ninguno de los blogs amigos. Eso sí, será más divertido e instructivo que 230 hojas del mismo tema. Para eso ya están los libros.